Cooperativas servicios públicos - audiencias públicas
Cr. Miguel Gauna Lavayen
miguelgaunalavayen@gmail.com
por REDACCIÓN CHUBUT 22/06/2025 - 21.10.hs
Se llevó a cabo una nueva audiencia pública en la ciudad de Esquel, convocada como es de rigor, por las autoridades municipales, en el marco de la presentación hecha por la Cooperativa 16 de octubre local, que pretende aplicar nuevos aumentos en las tarifas de los servicios públicos.
En términos de concurrencia esta nueva audiencia publica fue, sin dudas, un nuevo fracaso. En términos de exposiciones y fundamentaciones, más pobre, breve y desoladora que la anterior.
Pero este tipo de acontecimientos aún así, deben analizarse, sacarle provecho a pesar de tan magra presencia y flojos argumentos. Todo acto, aun los que no se realizan, dejan gestos y señales, hubo en los días previos, abundante cruce de información, de preguntas y comentarios que, como sucede muchas veces, no se exteriorizaron en la reunión.
Desde la ebullición de la primera audiencia informal, hasta esta segunda audiencia formal, pasamos del cisma evidente entre asociados usuarios y los consejeros de la cooperativa, a una renovada apatía y como siempre, un vacío absoluto que muestra claramente varias cosas.
Visiblemente, queda comprobado que, salvo pequeños movimientos de grupos de vecinos generalmente autoconvocados, y esporádicamente también, el interés de algún concejal, que pone su atención en quejas que le llegan sobre la entidad, no hay masivamente de parte de los usuarios una atención constante y participante, podríamos decir, con los asuntos relacionados a la gestión cooperativa y los servicios.
Hace muchos años advertí que un pequeño grupo cohesionado y con conocimiento de padrones, punterismo político y complicidades oportunistas, puede hacerse del gobierno de una cooperativa sin mucho esfuerzo, y una vez instalados, permanecer allí a su antojo, con pocos esfuerzos en la gestión propiamente.
Las cooperativas están inmersas en una crisis profunda que supera cualquier análisis institucional, envueltas en escándalos de gestión, con pasivos y perdidas increíbles, avanzan irregularmente, -las intervenidas y las no intervenidas- de espaldas a sus propios asociados. Por eso, no es sorpresa comprobar que, como no hay público, como no hay asociados, no hay respuestas. El vacío es tal, que un extraño podría pensar tranquilamente al entrar distraído en esos espacios, que se trata de una reunión más de concejales con algunos vecinos, hasta que se habla de tarifas y aumentos. Nada demuestra que hay una verdadera representación, una verdadera discusión y argumentación.
Es tal el desconcierto, que alguien preguntaba tímidamente por los delegados, sino tenían que asistir, después de todo comento, son los elegidos para representar a los asociados distritales, y los síndicos, y alguna autoridad provincial del área, en fin, ausencias notables por igual.
Del trámite del aumento de tarifas particularmente, se sabrá próximamente. Según los precisos dichos de un concejal al menos, no están dadas las condiciones reglamentarias y legales, para que la cooperativa lleve adelante y aplique el mismo. Hay varios y grandes interrogantes sobre la Ley I Nro 539 que ya hemos abordado desde esta columna, y, además, la falta de ciertas adhesiones imprescindibles de parte del poder legislativo local, para que se proceda ordenadamente en la aplicación del aumento.
La rotura expuesta en este ámbito, entre las entidades y sus dirigentes, con la a masa de socios cooperativos, es de una envergadura tal, que ocupa la preocupación de las mayores voces del cooperativismo, que ven preocupados como las entidades de servicios públicos específicamente, muestran las mayores contradicciones con los principios cooperativos, empezando por la condición monopólica y la representación indirecta, que esconde la democracia tan pregonada y provoca como consecuencia menos deseada, la falta de participación e interés genuino, entre otros grandes males de la actualidad.
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