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Buscan determinar las diferencias de ecolocalización entre los delfines de río y de mar

Una investigadora del IPGP realizó una extensa investigación analizando un centenar de modelos de oídos de diversas especies marinas y de agua dulce.

por REDACCIÓN CHUBUT 17/07/2025 - 13.27.hs

Los delfines tienen una habilidad especial denominada ecolocalización, que consiste en emitir un sonido e interpretar el eco recibido para obtener la información de su entorno, como por ejemplo los objetos alrededor y la distancia a la que se encuentran. Entre los cetáceos, la ecolocalización es utilizada solo por los delfines y marsopas, ya sea tanto vivan en el mar como en el río, y es por ello que científicos y científicas trabajan en determinar las diferencias existentes entre las especies marinas y de agua dulce a la hora de emitir y recibir estos sonidos, teniendo en cuenta que el agua del río es mucho más densa que el agua del mar.

 

Mariana Viglino, investigadora del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología (IPGP-CONICET) publicó un trabajo junto a su colega radicado actualmente en Australia Travis Park, en el que analizan la morfología de la cóclea de los delfines de río, un órgano del oído interno que es indicativo de las capacidades auditivas en los cetáceos dentados (grupo donde se incluyen a estos delfines).

 

“Siempre se habló de los delfines de río como cuatro géneros particulares (Inia, Pontoporia, Lipotes y Platanista), pero en realidad hay un total de nueve especies que habitan en el agua dulce. Se entendía que estos cuatro delfines tenían convergencias, es decir, que tenían adaptaciones evolutivas en común para vivir en el río, por lo que siempre se pensó que la ecolocalización, y por ende la audición, tenía que ser diferente a las especies que viven el mar. El agua dulce tiene otra densidad, objetos y materia en suspensión, que pueden dificultar esa ecolocalización”, explica la investigadora.

 

En los últimos años, muchos especialistas han trabajado en la búsqueda de esas diferencias en la coclea entre las especies de agua dulce y agua salada. En este caso, Viglino y Park compilaron modelos tridimensionales de las cócleas de 99 especímenes de delfines y marsopas, tanto actuales como extintos, basándose en datos nuevos y publicados previamente. “Para este trabajo incluimos también especies fósiles relacionadas a todos los grupos de delfines de río, con la idea de darle esta perspectiva evolutiva a las adaptaciones. Si hay adaptaciones de la cóclea para escuchar específicamente en el ambiente de río, esperaríamos que las especies fósiles relacionadas a estas, que son en su mayoría marinas, tengan una morfología similar respecto a las de mar”.

 

Los análisis estadísticos de los conjuntos de datos tridimensionales mostraron que no existen convergencias en la morfología coclear entre los delfines de río. “Nuestro objetivo era ver si la forma de la cóclea de los delfines de río es distinta a los marinos. Utilizamos diversos métodos estadísticos y de captura de variación en la forma y el resultado es que hay un montón de variabilidad en la forma de la cóclea, pero los delfines de río no son distintos a los marinos. De esta manera, no habría una adaptación específica a nivel de la interpretación de los sonidos en los delfines de río respecto a las especies marinas”, señala la paleontóloga del CENPAT.

 

Comprender la historia evolutiva y las adaptaciones específicas de estas especies a un entorno complejo como los ríos es fundamental, ya que podría proporcionar información clave para proyectos de conservación a largo plazo. El impacto antrópico es particularmente importante en los ríos y sus consecuencias ya son visibles en tiempos modernos. Por ejemplo, recientemente en 2007 se declaró como especie extinta al delfín de río Yangtze en China, Lipotes vexillifer.

 

“De todas maneras, nosotros sostenemos que la ecolocalización como habilidad debe ser efectivamente distinta en el río respecto al mar por las condiciones ambientales, solo que esas adaptaciones específicas no están en la cóclea, están en otro lado. Dado que hay muchos órganos involucrados en la ecolocalización, hay que seguir investigando para determinar dónde se encuentra esa diferenciación”, finaliza Viglino.

 

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