Cooperativas de servicios públicos y Federación de Cooperativas
Por Miguel A. Gauna Lavayen - [email protected]
por REDACCIÓN CHUBUT 02/08/2025 - 23.43.hs
La Federación de Cooperativas de Chubut, es una entidad conformada por las cooperativas distribuidoras de la provincia, y como tal, tiene el mismo ADN, ha construido la misma historia, inevitablemente, con los mismos defectos y errores, recorre el camino hacia un futuro del que quiere participar, pero del que cada día está más lejos.
Hace un tiempo en las recordadas gestiones del Ing. Pacho y después del Cr. Paverini, esta entidad alcanzó su más alto nivel de efectiva participación y desarrollo, con grupos técnico profesionales, que enriquecían desde sus asociadas la formación especial y el conocimiento, no solo del cooperativismo, sino también de los servicios, particularmente del servicio eléctrico. Habían concurrido a este ámbito buenos profesionales y técnicos de la ex Agua y Energía, de Obras Sanitarias de la Nación y el aporte de cuadro técnicos del estado provincial con mucha escuela y terreno.
Después, como en esas escenas de películas, donde las sombras desplazan a la luz, en una simbiosis dañina, la política encontró un refugio adecuado para instalarse, sin controles, sin fuerte y verdadero protagonismo cooperativo, y trasladó fácilmente su ejercicio agonal a las entidades, sin ningún disimulo, levantando banderas extrañas al genuino cooperativismo de servicios, reemplazaron las conducciones idóneas y capacitadas, por la lisonjera de dirigentes y punteros, con sus peores vicios de los trueques, cambios, canjes, favores, campañas, pago de facturas, elecciones amañadas y la larga lista del «manejos» y connivencia, con la política de todos los orígenes y banderas. No se salvó nadie.
Hace unos años escribí que por las grandes cooperativas han pasado de una u otra manera, lo más granado de la política y la dirigencia de cada ciudad, basta repasar la historia desde 1983 con la recuperación de la democracia a la fecha.
Que podría ser distinto en las actuales circunstancias, que podría aportar la Federación de Cooperativas para los servicios públicos, que no fuera la experiencia y acción de algún profesional destacado de los que actualmente trabajan en los mismos, porque si de cooperativas y cooperativismo se trata, deberían darse cuenta de una vez, (como han dicho los lectores) que son parte del problema y por lo tanto, la mayor preocupación tendría que estar puesta en tratar de salvar la poca ropa cooperativa que les va quedando de este desastre, que va dejando de a pie a sus asociadas y todo por el suelo.
La Federación de Cooperativas, llámese el conjunto de las cooperativas de servicios públicos, no tiene memoria institucional, siempre reparte culpas, sobre todo por el tema de las tarifas y, como he dicho, si bien es cierto y comprobable que allí reside una parte de las causa de la crisis, no es menos cierto que la gestión general de cada prestataria se lleva la otra parte. La Federación hace muchos años, encargó un estudio de opinión de usuarios y asociados, en las cinco principales entidades. Arrojó un resultado tan negativo que fue escondido. Como suele decirse, barrieron bajo la alfombra.
En ese tiempo que describo, participamos con otro técnicos y profesionales en la elaboración de varios trabajos y aportamos propuestas que habrían ayudado a encontrarnos con otro presente, y no la actual situación de cesación de pago general, intervenciones, veedurías, posibles quitas de concesiones y otras alternativas que están por verse prontamente.
Entre otras propuestas la Federación tuvo la posibilidad, por ejemplo, de fijar una base de auditorías uniformes, contables y técnicas, para controlar a las asociadas y contar con plataformas de información de la suma de los servicios, una propuesta para reglamentar el funcionamiento de las comisiones fiscalizadoras, también se presentó un proyecto para conformar un clúster de compras para los materiales comunes, empezando por las palmas, medidores, luminarias y una serie de elementos con homogeneidad universal. Pero el más importante de los proyectos presentados entonces, fue la alternativa de conformar una sociedad de compra para la energía eléctrica al por mayor conjuntamente con la provincia. Había visión.
En este tránsito y por estos motivos, los usuarios y asociados a las cooperativas, dejaron de participar y apoyar, pero peor, dejaron de creer. La Federación y sus cooperativas nos defraudaron con sus acciones, permitiendo y aceptando una tras otra, las nefastas gestiones que arrasaron las entidades, solicitando y firmando actas y acuerdos que luego no cumplieron, o acuerdos inconvenientes, de lo que hay innumerables ejemplos.
Por eso ahora, cabe decir «de que pulpito viene el sermón», cuando tuvieron todas las posibilidades de hacer, de crear alternativas, de formar su propio mercado mayorista, de crear bases serias para el control, de reformar sus estatutos, de intentar equilibrar sus cuentas con otro tipo de acciones y con incontables estrategias, pero en cambio, y también ciertamente, de la mano de gestiones provinciales y municipales, han colocado a los servicios públicos en una complicadísima situación, que no parece, a la luz de las últimas noticias, que estarán ahora controlados y gestionados por los mejores y más capaces.
Pronto lo veremos.
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