Cuando el destino de nuestros  bolsillos lo decide...

Planificar los aumentos de tarifas y servicios debe ser una de las tareas más sencillas que debe afrontar un organismo como lo es el Honorable Concejo Deliberante: Se expone, se fundamenta y se aprueba, ¿Hay lugar para un debate? Nooo ¿Para que? Si todas las partes involucradas están representadas y perfectamente alineadas como la famosa frase que involucra a los planetas. Nuestros concejales elegidos por nuestro voto y en quienes dejamos nuestra representación y confianza, y sabiendo interpretar fehacientemente nuestros deseos e inquietudes, aprueben los aumentos seguros de que no están defraudando esa confianza conferida. Y nosotros cual oveja displicente vamos como rebaño obediente a entregar nuestros ahorros y/o nuestro aguinaldo bien ganado a las arcas municipales y/o servicio monopólico del que dependemos sin opción. Por supuesto haciendo largas colas no vaya a ser que se arrepientan del «generoso» descuento que nuestro organismo municipal iluminado y tranquilo nos premia todos los años.
A los que no pueden afrontar semejante desembolso en estas fechas, por consiguiente no van ser beneficiados con ese descuento, pero que tienen el tupé de disfrutar el aguinaldo comprándose el corderito que veía, que no llegaba, o renovar la flota ropa de cama que ya está pidiendo pista, o pasó derechito al Banco del Chubut que nos acompaña mejor que nuestro amigo en las buenas y en las malas... Y bueno querido todo no se puede en la vida.

Mary Pereyra