Carta del Lector

No será fácil exportar uranio

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El nuevo Plan Nuclear del actual gobierno se propone, entre otras cosas, explotar nuevas minas de uranio con la intención de exportar su producido. En el mundo hay muchos yacimientos con explotación interrumpida. Naturalmente es más rentable completar explotaciones suspendidas que iniciar nuevas.

En los últimos años del siglo pasado, sobre todo a fines de los años ochenta y principios de los noventa, la fuerte caída del precio internacional del uranio, unida a la liquidación de grandes stocks gubernamentales tras la Guerra Fría, hicieron que se interrumpiera la explotación de muchas minas en distintos países.

 

La caída sostenida del precio internacional del uranio de más de 40 USD/lb en 1978 a menos de 10 USD/lb en 1993, provocó el cierre o la suspensión de casi todas las minas activas en Estados Unidos.

 

En la Región de Colorado Plateau, Utah, Colorado, Nuevo México, Arizona se cerraron Moab que se desactivó hacia 1984 y cerró totalmente en 1988; White Mesa varias minas satélites cesaron entre 1983-1988 por precios bajos; En Nuevo México Ambrosia Lake durante los ochenta funcionaban decenas de minas; hacia 1989-1990 casi todas estaban cerradas; Grants Mineral Belt fue la principal zona productora del país; la mayor parte de sus minas cerraron entre 1982 y 1992:Jackpile-Paguate Mine cerró en 1982, tras declararse no rentable. Y Ambrosia Lake Mine cesó en 1989.

 

En Gas Hills, Wyoming tres minas gradualmente cerradas entre 1987 y 1992. Shirley Basin: la mina de superficie de Pathfinder cesó en 1992; el molino y la planta de tratamiento se cerraron ese mismo año. Crow Butte y Smith Ranch por el método de lixiviación in situ sobrevivieron con producción mínima, pero otras minas convencionales quedaron inactivas.

 

En. Texas el impacto fue fuerte sobre las minas convencionales; las explotaciones de recuperación in situ continuaron a bajo ritmo, pero otras convencionales cerraron a finales de los ochenta.

 

En Arizona, zona del Grand Canyon, cuatro minas se cerraron a fines de los ochenta ante la baja de precios. El proyecto Pinyon Plain quedó suspendido desde 1989 por inviabilidad económica.

 

En otras zonas también se cerraron minas. Algunas pocas fueron reactivadas posteriormente.

 

Entre 1982 y 1992, la producción de uranio de Estados Unidos cayó de más de 20 000 toneladas a menos de 3000, reflejo directo de los cierres. La apertura del programa ruso-estadounidense “Megatons to Megawatts” (1993) consolidó el exceso de oferta, prolongando la crisis del sector.

 

En Canadá, Australia, Alemania y otros países también suspendieron proyectos de explotaciones. Argentina en esa época inició la importación de uranio para sus centrales.

 

Empezar a explotar una mina, de cualquier mineral, exige grandes inversiones iniciales. En ocasiones hasta hay que abrir caminos, amén de la ejecución de acueductos, construcción de depósitos de relaves, plantas de tratamientos, Villa de alojamiento de trabajadores, etc. etc.

 

En el caso específico de Cerro Solo en nuestra provincia, habría que hacer posiblemente una gran excavación de unos 60 metros a cielo abierto hasta llegar a la veta subterránea, etc.

 

Mina iniciada a cielo abierto y continuada en galerías

Sin contar con los esfuerzos de prospección y diseño de la mina, estas inversiones iniciales son el gran obstáculo de la actividad minera pudiendo alcanzar miles de millones de dólares,

 

Iniciar una mina de uranio para competir con la reactivación de minas que fueron suspendidas, parece vidrioso. Supongo que nuestro presidente está insuficientemente asesorado.

 

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