Carta del Lector

RESURGIMIENTO NUCLEAR IMAGINARIO I

Tiempo de Lectura 4 minutos 30 segundos

La campaña de propaganda de saturación del gobierno norteamericano y la industria nuclear funcionan ininterrumpidamente para promover un "renacimiento nuclear" en gran medida imaginario y expandir drásticamente el uso de la energía nuclear. Se trata de un resurgimiento retórico, no de la realidad.

A pesar de toda la palabrería sobre acelerar la construcción de nuevos reactores, en obediencia ciega a cuatro órdenes ejecutivas de la Casa Blanca de Trump, en realidad no se está avanzando mucho.

 

Ya sea en el desarrollo y despliegue de los llamados reactores modulares pequeños (SMR) o microrreactores, o en el retorno a las versiones tradicionales de más de 1000 megavatios, el progreso, si lo hay, será inexorablemente lento y exorbitantemente caro:

 

Tiempo. La construcción de reactores suele tardar mucho más de lo estimado, incluso cuando la tecnología es conocida. Por lo tanto, los nuevos y desconocidos diseños de reactores, actualmente en revisión de licencias de construcción, tardarán más en completarse que sus predecesores y que las proyecciones poco realistas de sus fabricantes.

 

Aun reduciendo los tiempos de estudio de seguridad, como ordena Trump, llegarán demasiado tarde, si es que llegan, para abordar una crisis climática que se acelera. Con la agresiva cancelación por parte de la administración Trump de programas de energía renovable rentables y de rápida implementación, la larga e incierta espera para la energía nuclear implicará el uso continuo de combustibles fósiles, lo que agravará el cambio climático y las consecuencias para la salud.

 

Que la energía nuclear contribuye en la lucha contra el cambio climático es falso, si bien no emite carbono al funcionar, ya lo emitió en la fabricación de sus combustibles que, cada tanto, hay que aportarle.

 

Costo. Los SMR serán más caros por megavatio de electricidad generada, debido a la sustancial inversión inicial necesaria en fábricas para producir cientos de ellos. Estos altos costos provocarán un aumento vertiginoso de las tarifas eléctricas, para financiar la construcción y a pesar de los generosos subsidios federales, sin los cuales no se construirá nada. Es decir que los usuarios pagarán tarifas más altas y, además, deberán aportar con impuestos.

 

La Ley norteamericana deja al público la responsabilidad de cubrir los posibles cientos de miles de millones de dólares en costos de un desastre nuclear. No está previsto en los costos.

 

Residuos. El problema de los residuos radiactivos, letales y de larga duración, no se ha resuelto, a pesar de fortunas invertidas durante 80 años. La ciencia tarda en convencerse que neutralizar la reactividad es imposible.

 

Fundamentalmente, los análisis han demostrado que los nuevos reactores más pequeños generarán mayores volúmenes de residuos radiactivos por unidad de producción, que los grandes reactores actuales. Es sumamente irresponsable, no solo seguir generando estos residuos, sino también promover la expansión nuclear que aumentará la montaña de residuos que aún se encuentra estancada, sin destino, en las centrales nucleares.

 

Seguridad. Los nuevos diseños de reactores se basan en sistemas antiguos, como los complejos reactores reproductores rápido y los de refrigeración por sodio, cuyas versiones anteriores han sufrido incendios y otras fallas técnicas. Los reactores reproductores producen plutonio, lo que los hace atractivos para los países interesados ​​en desarrollar armas nucleares, (y para el terrorismo), bajo la apariencia de un programa civil.

 

Los fabricantes argumentan que estos reactores nuevos no requerirán estrictas normas de seguridad ni planes de evacuación de emergencia externos, ya que son "a prueba de fusión", afirmaciones que han sido puestas en duda y refutadas por los científicos que han evaluado los diversos diseños. (Fuente Clamshell Alliance - Linda Pentz Gunter)

 

continúa...

 

¿Querés recibir notificaciones de alertas?