Chubut

Hablemos de cementerios nucleares VI   

En nota anterior vimos que la firma Holtec Intenational propuso la instalación de un almacén privado centralizado para albergar residuos nucleares en Nuevo México, Estados Unidos. El depósito tendría carácter de temporal por 40 años, pero esto despierta suspicacias. ¿Quién puede asegurar que vencido el término, el almacén desaparezca y los residuos sean retirados del estado? Ahora no hay dónde llevarlos y…¿después?

¿Temporal o permanente?

 

Algunos nuevomexicanos temen que un lugar centralizado en la zona se convierta en un compromiso duradero. Leona Morgan es la codirectora del Grupo de Estudio de Temas Nucleares (NISG), que organiza la oposición estatal a Holtec. 

 

Morgan y el NISG hacen campaña en contra de los materiales nucleares en todo el estado y defienden la liquidación de la energía nuclear a un nivel más generalizado.

 

«La idea de Holtec es solo temporal», afirma Morgan. «Ahora mismo, a nivel nacional, no existe un lugar permanente para nada. La idea inicial era Yucca, pero se abandonó. Estamos luchando contra un posible depósito permanente».

 

Según ella, seguir por esta vía no es ni de lejos un plan suficiente para los residuos nucleares, ya que la Agencia de Protección Medioambiental estadounidense estipula que el tipo de residuos nucleares que albergará Holtec deben permanecer aislados durante 10 000 años.

 

Este es quizá el punto en el que todos están de acuerdo. «No hay ningún lugar donde poner los residuos y el problema crecerá», afirma Morgan. «Este es un momento difícil. Los reactores son antiguos y, conforme se clausuren más, habrá más gente que diga “fuera de aquí”».

 

En 2019 el gobierno federal decidió que el almacén propuesto era lo bastante seguro y, según Holtec, las instalaciones van encaminadas hacia la concesión de licencias el año que viene. 

 

Aparentemente el gobierno federal está desorientado respecto de qué hacer con la inmensa cantidad de residuos de alta radiactividad acumulados y desparramados por todo el territorio, producto de las armas nucleares y de la producción de electricidad.

 

Estados Unidos solo dispone de un Almacén Geológico Profundo, WIPP en Carlsbad, para aislar del ambiente los residuos de la producción de armas, donde aún no se han depositado todos los residuos existentes. El país no tiene definido dónde va a depositar los combustibles gastados de las centrales nucleares, que son desechos de muy alta radiactividad y permanencia, que deben continuar aislados del ambiente por decenas de miles de años y que e4l WIPP no se pueden depositar. 

 

En estas condiciones, el gobierno está por aceptar una propuesta de una empresa para contener aislados residuos solo por 40 años. Raro ¿no? Y ¿después qué?

 

No se han divulgado detalles del proyecto de Holtec, pero aparentemente no será subterráneo sino superficial

 

 


Aspecto supuesto del almacenamiento propuesto.

 

Transporte

 

Ya en 2019 había quienes sospechaban que todo el combustible nuclear gastado de Estados Unidos llegará a este lugar.

 

Otro de los dramas que sufren los países al decidir la ubicación de un cementerio nuclear, es la necesidad de transportar los desechos, desde las centrales donde se encuentran hasta el almacén. La operación de transporte ya sea por tren o carretera, entraña riesgos ciertos e importantes, además es caro por las medidas de seguridad que se deben adoptar.
No obstante, la preocupación de autoridades y habitantes, los planes siguen adelante. Por ahora, el gobierno federal ha decidido que el proyecto de Holtec es lo bastante seguro y va encaminado hacia pronta concesión de licencias. 
La conclusión de la Comisión Reguladora Nuclear (NRC) de que es seguro trasladar el combustible nuclear gastado de las centrales nucleares de todo el país a la instalación de almacenamiento propuesta, suena a vainilla, porque el borrador de la declaración de impacto ambiental presentado por Holtec International no aborda cómo se transportarían los barriles que contienen el combustible gastado a Nuevo México. 
Es probable que los barriles se transporten principalmente por ferrocarril utilizando una infraestructura anticuada que necesita reparaciones constantes. 
Incluso los barriles de transporte con bidones que no están dañados liberarán radiación mientras sean transportados, exponiendo a las poblaciones a lo largo de las rutas de transporte en la mayoría de los estados y comunidades tribales de Nuevo México a repetidas dosis de radiación.
Tampoco se estudió la posibilidad de que los bidones agrietados o corroídos tuvieran fugas de radiación. En un anterior informe de la NRC se asumía que los bidones de almacenamiento de combustible dañados se detectarían durante un sistema de transferencia en seco intermedio o una piscina. 
Pero la propuesta de Holtec sólo aborda un nuevo destino para los residuos nucleares de alto nivel, no la retirada y el transporte de los bidones de almacenamiento de combustible desde las centrales nucleares a Nuevo México.   

 

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