Chubut

Improvisaciones en el gasoducto 

El gobierno se ha impuesto terminar el gasoducto que unirá Tratayén en la provincia de Neuquén con Salliqueló en la provincia de Buenos Aires, el día 20 de junio próximo. El 22 de mayo en esta columna nos arriesgamos a vaticinar que, a juzgar por lo que conocíamos del estado de la obra y el escaso tiempo que falta para esa fecha, no podrá cumplir.
 

Son notorias las improvisaciones que han cometido y siguen cometiendo las autoridades de la empresa pública ENARSA, la responsable de la obra, seguramente provocadas por el empeño en satisfacer el compromiso. 

 

La más llamativa imprevisión salió a la luz con la nota que le envió su presidente, Agustín Gerez, al interventor del Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS), Osvaldo Pitrau, el 18 de marzo en la que le consultaba la posibilidad de modificar las actuales normativas que debía utilizar para la inspección de las soldaduras de los caños. 

 

Las soldaduras las debe efectuar la contratista con las normas que establece ENARGAS, y personal de ENARSA e YPF deben inspeccionar. 

 

La consulta la efectuó cuatro meses después de la fecha en que deberían haber empezado a realizar los controles.

 

La respuesta del 3 de abril de ENARGAS fue negativa, indicando que debía aplicarse la norma vigente: “Las previsiones deberían haberse realizado cuando se comenzaron a soldar los caños. La nota llegó un poco tarde. Además, no se puede pedir al ENARGAS excepciones en la inspección. Un cambio en la normativa tarda, al menos, un año entre que se estudia y se implementa”. 

 

La consulta y la respuesta sugieren que desde el comienzo de la construcción del gasoducto no hubo inspecciones, lo que justifica gran cantidad de fallas producidas en las soldaduras.

 

El gasoducto se construye en forma simultánea en todos sus frentes y se ha incorporado moderna tecnología para reducir los tiempos de obra, como las soldadoras automáticas, que por primera vez se utilizan en nuestro país y permiten realizar alrededor de 2.000 metros de soldaduras por día; y las plantas soldadoras de doble junta, que posibilitan soldar dos caños de 12 metros (tamaño con el que llegan de fábrica) para formar una sola pieza de 24 metros.

 

Desde la constructora reconocen que en los primeros meses de la obra tuvieron problemas de calibrado con la planta de doble junta, lo que provocó fallas en las soldaduras y retrasos que luego se recuperaron.

 

El nivel de desconocimiento de la normativa que mostró el presidente de ENARSA hizo que se encendieran alarmas en el ENARGAS sobre cómo se estaban llevando a cabo las inspecciones.
Por ello, ENARGAS decidió realizar una auditoría presencial, tanto en las líneas de soldado como en las ya terminadas y le notificó que los costos correrán por cuenta de ENARSA. El presidente de ENARSA tardó 23 días en responder que aceptaba la revisión.

 

ENARGAS procederá a indicar y dirigir los servicios de auditoría que serán necesarios para que, de manera urgente, y sin implicar ninguna demora en la ejecución de los trabajos de construcción, se compruebe el correcto cumplimiento de las normas y procedimientos aplicables vigentes.

 

El proceso incluye revisar el modo con el que se llevaron a cabo las soldaduras y luego, tomar algunas de ellas como muestra y hacerle un estudio detallado. 

 

A su vez, se analiza toda la documentación donde constan los porcentajes de rechazo que hubo y los que se produjeron cada mes. “En caso de que se descubriera algún problema, se subirá el caño y revisará para ver si hay deformaciones”, sostiene.

 

Hasta el momento, el listado de posibles auditories no se conoce cuando faltan días para que se inaugure el gasoducto. Si este proceso no está concluido, el gasoducto no podrá comenzar a operar el 20 de junio como prevé ENARSA.

 

Por otra parte, tampoco queda claro cómo serán las auditorias ya que aún no se han instalado ninguna de las válvulas y, para hacerlo, habrá que desenterrar parte del caño, soldarlas para luego volver a ponerlo en la zanja. Esto deberá llevarse a cabo antes de adjudicar el contrato de operación y mantenimiento (O&M).

 

El presidente de ENARSA señaló el pasado 12 de abril, que la compañía estatal de energía carece de la capacidad técnica para operar y mantener el gasoducto, que le fue asignada por el gobierno nacional, en otra muestra más de la improvisación con la que se llevó a cabo el proceso desde su inicio. 

 

Por eso ENARSA acaba de lanzar una licitación privada para seleccionar la empresa que se encargará de la O&M del gasoducto, para la que convocó a Transportadora de Gas del Norte (TGN) y a Transportadora de Gas del Sur (TGS), las únicas dos capacitadas. Deberá resolver rápidamente dado que falta muy poco para el inicio de la operación del gasoducto.

 

La falta de seguridad sobre el estado real de las soldaduras será un problema también para la empresa que resulte adjudicada con el contrato de O&M, ya que deberá firmar un documento donde consta cómo se encuentran las instalaciones que recibe al momento de hacerse cargo de esta tarea. Todas las fallas que se produzcan posteriormente serán de su responsabilidad. 

 

Cabe aclarar que el gasoducto puede ponerse a funcionar, quedando obras por concluir, lo que es lo habitual.

 

Cuando esté operable el gasoducto permitirá la evacuación de 11 millones de metros cúbicos diarios de gas, capacidad que casi se duplicará con la implementación de las dos plantas compresoras cuyas terminaciones están previstas para el 9 de julio, la planta de Tratayén y el 17 de agosto la de Salliqueló.                                                                                    (Fuente Desarrollo Energético)

 

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