Desmantelamiento de reactores: costosa operación
En la actualidad hay aproximadamente 440 reactores nucleares operativos en todo el mundo, según datos actualizados de organismos como la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA). Más de 200 de esos 440 reactores serán clausurados antes de 2040. El costo de su desmantelamiento será cerca de los 200.000 millones de euros.
Numerosos reactores nucleares de primera generación están en la recta final de su vida, el costo real del desmantelamiento será crucial para el futuro de la industria nuclear, que se encuentra en decadencia tras el desastre de Fukushima, el auge del shale gas barato, los precios del petróleo y el empuje de las energías renovables cada vez más competitivas y ya en algunos casos con costos de la electricidad producida inferiores a la de los combustibles fósiles.
Esquema del destino de los productos del desmantelamiento en España. El Cabril es un almacenamiento temporario.
En muchos casos estos costos y los de la gestión de los desechos nos son tenidos debidamente en cuenta y así, el costo de operación de las centrales resulta competitivo. Esto es así cuando los estados se hacen cargo de la inversión inicial, el desmantelamiento y la gestión milenaria de los residuos.
FUTURO
Aparte de la constante producción de desechos nucleares sin destino que emponzoñan el planeta, la incertidumbre de los costos de inversión y de operación, y la constante errónea determinación de los plazos de ejecución, al futuro de la industria nuclear se lo ve sumamente borroso.
Si no fuera por el apoyo oficial de los países que ven en esta industria un aporte a su seguridad a raíz de su vinculación con el uso bélico, podríamos sostener lisa y llanamente que no tiene futuro.
La energía de fisión nuclear es la energía del pasado, no la del futuro. Quizás, si alguna vez se llegara a confirmar la energía de fusión podríamos pensar diferente, por ahora son las renovables el verdadero futuro.
Una alternativa que cada vez cobra más actualidad es la que lleva adelante Alemania, apoyando la construcción de centrales de gas, a condición de que los promotores de las plantas incluyan en el diseño un plan para sustituir el gas por el hidrógeno verde en un futuro próximo.
Normalmente, se recurre a los gravísimos accidentes sufridos por esta industria para destacar las consecuencias de la falta de seguridad, pero ese carecimiento no solo puede provocar accidentes, sino véase lo que sucedió en Francia donde se recuerdan los múltiples problemas que atravesó el parque nuclear francés en la segunda mitad de 2022, cuando más de la mitad de sus 56 reactores tuvieron que ser desconectados por reparaciones programadas y no programadas por los problemas de corrosión.
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