Carta del Lector

Sierra Pintada la reserva de uranio más grande del país I

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Desde 1975, en el Complejo Minero Fabril Sierra Pintada se desarrollaron actividades fundamentales para el ciclo del combustible nuclear: la explotación minera de yacimientos de uranio y el tratamiento hidrometalúrgico de los minerales para la obtención de concentrado de uranio. Entre 1979 y 1997 se produjeron más de mil toneladas de uranio, cubriendo la demanda de las centrales nucleares y reactores del país.

En 1997, cuando ya se había extraído estimativamente alrededor del 20% del recurso total existente en el yacimiento, la extracción se paralizó, entre otras causas, porque el precio internacional del uranio se derrumbó y resultaba más económico importar que producir. Quedan para extraerse aproximadamente unas 6.500 toneladas más. Aún hoy este yacimiento, es considerado el mayor depósito de uranio conocido de la Argentina.

 

Panorámica del Complejo Minero Fabril Sierra Pintada

Desde 1997 la mina estuvo prácticamente abandonada, como tantas otras (doce), hasta que, recientemente en abril, y después de seis años de dar vueltas, la Autoridad Regulatoria Nuclear le otorgó Licencia de Parada Prolongada, con una vigencia de 10 años. Decisión que seguramente surge de la política nacional de promover explotaciones uraníferas.

 

La Licencia de Parada Prolongada habilita a la instalación a realizar lo siguiente:

 

-Actividades de remediación de pasivos ambientales históricos, como residuos sólidos y aguas de cantera.

 

-Recuperación de uranio a partir de materiales de descarte.

 

-Monitoreos y mantenimientos regulares para garantizar condiciones seguras.

 

Además, establece una serie de obligaciones operativas y administrativas que la CNEA, como entidad responsable, debe cumplir. Entre ellas:

 

-Contar con al menos dos personas con licencia individual emitida por la ARN.

 

-Presentar trimestralmente los informes de monitoreo radiológico ambiental.

 

-Conservar actualizada la documentación de gestión, incluyendo planes de mantenimiento, monitoreo, contingencia y procedimientos operativos.

 

-Garantizar la seguridad radiológica, el transporte de materiales radiactivos y la protección física del sitio.

 

Preparar el camino para la remediación

 

La licencia es, también, el paso habilitante para avanzar formalmente en la remediación de dos pasivos ambientales clave:

 

-El agua de cantera (AC) acumulada en zonas de excavación, que requiere tratamiento y control para evitar impacto ambiental.

 

-Los residuos sólidos (RS) generados en el Complejo Fabril Córdoba (CFC) durante la refinación del diuranato de amonio y la conversión del mismo a dióxido de uranio (UO2). Estos residuos están colocados dentro de tambores de acero y se encuentran en trincheras dentro de las colas de mineral del CMFSR.

 

Estos compromisos ya habían sido contemplados en la Manifestación General de Impacto Ambiental (MGIA), presentada en 2014 y avalada por la provincia de Mendoza mediante la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) en 2019. La LPP ahora habilita a la CNEA a ejecutar las acciones previstas y continuar dando cumplimiento al marco regulatorio provincial y nacional en materia ambiental.

 

Estas tareas, la mayoría de las cuales eran de imprescindible ejecución, no se realizaban porque la mina había sido abandonada.

 

En octubre del año pasado, el Gobierno nacional anunció la inversión de $ 780 millones en la remediación del predio.

 

28 años “y aún el pescado sin vender”. En materia de remediación es muy poco lo que se hizo.

 

Continúa

 

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