¿Durante cuánto tiempo pueden mantenerse los aumentos de precios?

En esta ocasión, los aumentos de precio están teniendo lugar en todo el mundo, por más que no se trate de un problema hiperinflacionista como el nuestro. Y esto tiene muchas consecuencias que se trasladan de forma directa a la estabilidad del país. 

La emisión de divisa y el aumento de deuda por la pandemia 

Las causas de esta inflación global son múltiples, pero se pueden reducir a dos grandes puntos de origen. El primero de ellos fue la pandemia del coronavirus. Los meses de confinamiento forzoso de la gran mayoría de la población mundial supusieron un durísimo golpe para la economía, y sus consecuencias probablemente las estaremos sufriendo todavía durante bastantes años. Algunos incluso hablan de décadas. 

Ante la necesidad de impedir la ruina de millones de comercios y familias, en todo el mundo, fueron muchos los gobiernos que emitieron divisas en grandes cantidades para poder sufragar ayudas y subsidios durante los peores meses de la pandemia global. Esto evitó un desastre mayor –qué duda cabe–, pero causó serios problemas de devaluación en divisas tan críticas para la estabilidad mundial como el dólar, el euro o el yuan. 

La devaluación de estas divisas trajo consigo considerables aumentos de precio, lo que a su vez redujo el poder adquisitivo de millones de personas que no vieron aumentados de forma equivalente sus salarios. Además, en muchos países estos incrementos se trasladaron de forma particularmente agresiva al mercado inmobiliario, donde muchos propietarios no pudieron alquilar sus inmuebles durante bastantes meses y trataron de recuperar luego estas pérdidas. 

La crisis energética por la guerra de Ucrania 

La invasión de Rusia a Ucrania es el segundo gran factor que está afectando a los precios a nivel global. Esta invasión supuso un auténtico vuelco en el mercado energético, donde Europa dejó de importar gas natural y petróleo procedente de Rusia. En primera instancia, esto disparó al alza los precios del gas ante la escasa oferta disponible, ya que el gas ruso prácticamente no encontraba compradores y quedó, de facto, fuera del mercado. 

Este aumento de los costes de la energía no solo se trasladó a la boleta de la luz de millones de personas en Europa, sino que también ha encarecido los costes operativos de muchísimas empresas en todo el globo. Esto fue especialmente duro para las fábricas y para las empresas tecnológicas, sobre todo las que necesitan mantener una red extensa de servidores. El consumo eléctrico de estos sistemas es masivo, y sus costos aumentaron de forma drástica. 

Las consecuencias de esta invasión no provocada también se hacen notar en nuestro país. Europa, por ejemplo, está dejando de consumir gas a un ritmo todavía más acelerado, lo que reduce su demanda global y desvaloriza el precio de nuestras exportaciones de gas. Y, además, las grandes empresas tecnológicas que usamos a diario –Google, Netflix, Microsoft y muchas otras– están encareciendo sus servicios para hacer frente a la inflación global.

¿Cómo capear el temporal de la inflación global? 

La solución a la inflación en Argentina suele pasar por el ahorro en dólares, a la espera de que, en algún momento, los gobiernos de América Latina consigan movilizarse para desarrollar una divisa común que sea más robusta y estable. Sin embargo, ahora el problema se está trasladando también al dólar. Las cifras de esta inflación son mucho menores –un 5% interanual del dólar, frente a más del 100% del peso–, pero no por eso dejan de afectarnos. 

Uno de los recursos a los que podemos acudir es el uso de una VPN argentina para acceder a servicios con mejores precios. Mientras que no hay mucho que podamos hacer para rebajar el precio de un iPhone o el de un litro de leche, las compras online y la contratación de servicios 

digitales con frecuencia ofrecen precios variables en función de la región desde donde se realice el pago a través de la red. Y eso podemos aprovecharlo a nuestro favor. 

Con una VPN podemos conectarnos a internet a través de diferentes direcciones IP, lo que nos permite acceder a estos servicios como si estuviéramos en otros países. De esta forma podemos buscar las ubicaciones que nos ofrecen mejores precios, y ahorrar algo de plata en los servicios digitales que más nos hagan falta. Está claro que, en el contexto actual, cualquier pequeña forma de ahorro puede suponer una enorme ayuda para pasar mejor el mes. 

¿Cuándo se terminará el periodo inflacionista? 

Como sabemos, la inflación en Argentina parece no tener fin. Si miramos otros países hiperinflacionistas, como Venezuela o Zimbabue, resulta evidente que la inflación se acelera más y más, por más barreras que le pongan. Una posible salida pasaría por un cambio de divisa que nos permitiera operar con una divisa regional en lugar de una nacional. La alternativa sería, simplemente, la dolarización informal que ya estamos viviendo en nuestro país. 

Además, la aceleración de la transición energética hacia las energías renovables que está teniendo lugar en el hemisferio norte contribuye a aliviar la inflación en esos países, pero puede empeorar la nuestra. La exportación de petróleo y gas permitió a la Argentina mantenerse más o menos a flote durante estos años, pero, a medida que se reduzca la demanda de estas materias primas, Argentina tendrá un recurso menos para explotar. 

A nivel global, parece que los aumentos de los precios se están moderando. La mayoría de la población, simplemente no puede hacer frente a tantas subidas de precios. Todo apunta a que las medidas de contención de la inflación Estados Unidos, Europa y China están resultando. Sin embargo, queda por ver durante cuánto tiempo se alargará la crisis económica en la que parece estar sumergido el mundo, y esperar que no ocurran más catástrofes.