Rindieron homenaje a policías federales caídos en cumplimiento del deber

La ceremonia tuvo lugar en la plazoleta ubicada en Alvear al 2.500, frente a la parroquia Sagrada Familia, con la presencia del intendente Sergio Ongarato y el jefe de la Unidad Operativa Esquel de la Policía Federal, subcomisario Fernando Santiago Svagelj.

Tomó parte también el diputado nacional contador Matías Taccetta, el presidente del Concejo Deliberante de Esquel, Diego Austin, el secretario de Obras Públicas Herman Torres, secretario de Gobierno de Trevelin, Alberto Cleri, junto a autoridades de las Fuerzas Armadas y de Seguridad que tienen asiento en Esquel, así como también representantes de entidades intermedias, familias y amigos de policías federales que cumplen funciones en la zona.

La ceremonia dio inicio minutos después de las 11 horas, cuando los presentes entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino, con el acompañamiento de la Banda Militar Malvinas Argentinas del Regimiento de Caballería Ligero 3 Coraceros General Pacheco. Seguidamente, el padre Rodolfo Costa Heredia hizo una invocación religiosa por los policías federales caídos en cumplimiento de su deber.

El discurso central estuvo a cargo del jefe de la Unidad Operativa Esquel y Trevelin de la Policía Federal Argentina, quien agradeció la presencia de los vecinos. De entrada, arrancó diciendo que “La Policía Federal Argentina se dispone hoy (por ayer) a celebrar un acto de emotivas connotaciones: Hacer homenaje a los caídos en el cumplimiento del deber”.

Manifestó que “hemos aprendido que la muerte de un policía es el mayor aporte que puede hacer a la comunidad a la cual pertenece. Y cuando nos unimos a la oración y al homenaje, las lágrimas se hacen admiración y las palabras siempre son pocas e insignificantes para rendirles justo homenaje y tributo a sus memorias. También rendimos homenaje y justo tributo a sus familiares, a su fuerza y entereza, ellos merecen un lugar de privilegio porque en su silencioso dolor honran la memoria de sus seres queridos”.

Por otra parte, recordó que “el 2 de julio de 1976 a las 13:20 horas un cobarde atentado terrorista, perpetrado en la entonces Superintendencia de Seguridad Federal, dejó el saldo de 23 Policías Federales muertos y 60 mutilados y heridos. Fue el atentado más sangriento de la historia argentina, hasta el día 18 de julio de 1994, cuando un coche bomba destruyó la cede de la AMIA, dejando 85 víctimas fatales. Fuera de nuestras fronteras continúa siendo el mayor atentado contra una dependencia policial en todo el mundo. Ninguna otra policía recibió un golpe así".

SANGRE DERRAMADA 
"Ese 2 de julio fue la hora de dolor más intensa y sublime de nuestra Policía Federal. Por ello nos sentimos orgullosos de vestir este uniforme, iluminados con la sangre derramada para el imperio del orden y la grandeza de la Nación. Hoy como cada 2 de julio rendimos homenaje a quienes cayeron en aquel aciago día y a todos los camaradas que murieron de pie, fieles a sus ideales, y que viven en la inmortalidad como perennes vigías de la república".

El acto continuó con una invocación a los policías caídos y la colocación de una corona al pie del monumento de la plazoleta de la avenida Alvear.