Fin de Semana

Lagunita Salada: el pueblo que se hizo canción nacional

Sede de la Fiesta del Acordeón y la Guitarra, en el año 2014, el chamamecero Monchito Merlo, uno de los exponentes nacionales del género, le dedicó un chamamé a la calidez de la gente de este punto de la meseta.

por Zulma Díaz 30/01/2021 - 01.13.hs

Año a año, a fines de enero, se realiza la Fiesta del Acordeón y la Guitarra en Lagunita Salada, pueblo ubicado en plena meseta central de Chubut, muy cerca de Gastre y a 450 kilómetros de Trelew. Pocos habitantes, poco caserío, varias instituciones y una inmensa hospitalidad y amabilidad que, inevitablemente, hace que quien ha ido una vez, desee volver...

 

Un pueblito de menos de 300 habitantes, que en cada Fiesta recibe a 1.500 personas que llegan desde todos los puntos de Chubut, de Santa Cruz, Río Negro, más los chamameceros de los diferentes puntos del país.

 

Uno de los principales exponentes del chamamé argentino, don Monchito Merlo, concurrió en dos oportunidades a la Fiesta, fue jurado en la elección de mejores acordeonistas, además de hacer bailar con su ritmo a todos. Luego escribió el chamamé “Lagunita Salada”, grabado en uno de sus materiales discográficos y subido en el canal oficial “LosMerloOficial” donde puede escucharse el chamamé que expresa, entre otras letras: “como el viento quiero llegar hasta allí y en la nada ver lo mucho del lugar”.

 

“Entre orillas de los cerros anidó, un pesebre en la meseta en donde ha nacido Dios.

 

“El paisaje de su gente y su calor cuando llegas te entregan el corazón.

 

“En el suelo chubutense allí nació este pueblo, hermosa gente, le dedico esta canción”.

 

“En tu suelo el festival del chamamé. En Lagunita Salada, el amor, reina en todo el paisanaje la humildad y su atención”.

 

Este himno para este pueblo suena en cada aniversario o en la Fiesta del Acordeón y la Guitarra.

 

 

 

GRAN FIESTA

 

 

Diario EL CHUBUT estuvo por primera vez en Lagunita Salada en el año 2016 y cubrimos la Fiesta en la que nadie dejó de bailar, en la que hombres y mujeres tocaban el acordeón y las guitarras, en donde se organizaban bailes hasta en las veredas, en la iglesia, en los galpones, en el campo de jineteada… Sin horarios: cuando se llega a esa Fiesta se baila, se canta, se recita, se zapatea, a toda hora.

 

Esa primera vez en la que cubrimos la Fiesta, arribaron en “El Ñandú” más de 15 reinas de distintas fiestas populares. Todas las chicas bailaron chamamé con todos los gauchos, fueron reconocidas y homenajeadas, se refirieron a las fiestas que representaban, entregaron presentes y recibieron regalos y pasearon a caballo con jóvenes jinetes....

 

El desfile, con niños y grandes, y a su paso, todos haciendo sonar guitarras y acordeones, siempre es emotivo.

 

Esto se repitió en los años 2017, 2018 y 2020. Y cada año con más gente, con más bailes, con más generosidad para los invitados, con más propuestas para vendedores ambulantes, pilcheros, jinetes, animadores…

 

En 2019, por el hantavirus, esta Fiesta se suspendió. Y ahora, en 2021, también.

 

 

RECUERDOS

 

 

En 2016, el joven acordeonista Panchito Galarza llegó desde el conurbano bonaerense junto a su papá. siendo el principal artista en esa oportunidad que animó la Fiesta. El año pasado, su papá fue uno de los primeros fallecidos por Covid 19, en el partido de Quilmes, provincia de Buenos Aires. La gente de Lagunita Salada expresó sus condolencias a este joven chamamecero que fue una sola vez a ese pueblito.

 

En el año 2017, una de las más reconocidas chamameceras, muy joven y que ha subido a los escenarios de Jesús María y Cosquín, La Pilarcita, encantó a todos los presentes por su soltura y alegría con el acordeón, subiéndose a las sillas, zapateando y bailando mientras movía el fuelle del acordeón.

 

En el año 2018 se realizó un concurso paralelo, con el objetivo que un chamamecero de Chubut clasifique para un festival nacional que se realizó en la provincia de Entre Ríos, resultando ganador un joven de Laguna Fría, Adrián Pilquimán.

 

Y también llegaron a Lagunita Salada el hijo de Gustavo Guichón, recordado payador de Jesús María; y el músico de Puerto Madryn, Pablo Muñoz, quien en 2019 viajó a Nueva York, como embajador cultural junto a una delegación artística de El Bolsón. Hecho celebrado también en el pueblo, el que un músico formado y que dio sus primeros acordes en Lagunita Salada, haya llegado tan lejos.

 

Este medio ha estado en tres oportunidades en este pueblo y sus habitantes siempre recuerdan cómo esperaban a que “El Ñandú” llegue con los diarios para “vernos bailando en las fotos”: siempre con alegría, con humildad, corren por todos quienes llegan, buscan colchones, pilchas, organizan las duchas, ofrecen todo y lógicamente hacen emocionar hasta las lágrimas con tanto afecto y gratitud.

 

Hoy, esta nota es un homenaje a la gente querida de Lagunita Salada.

 

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