Fin de Semana

“Co-mediar” en entornos virtuales o remotos

Pensar el proceso de mediación en contextos virtuales, como así cualquier otra forma de procedimientos de gestión conflictos en el entorno cibernético, es un desafío profesional, dada la utilización de las nuevas tecnologías de la información y comunicación.

por REDACCIÓN CHUBUT 16/10/2021 - 23.21.hs

Por las mediadoras Graciela Rodríguez Noguera, Sonia Peralta y Mónica Yamaguchi.

 

En la provincia del Chubut, existen experiencias sistematizadas de mediaciones virtuales, donde la tecnología otorga las herramientas necesarias para poder dar respuesta a personas que viven en distintas localidades o aún viviendo en las mismas están imposibilitadas de trasladarse o por los protocolos en virtud del contexto de pandemia que no permite la presencialidad.

 

El rol profesional de los co-mediadores, es esencialmente de facilitadores del diálogo entre las partes, con herramientas de comunicación, creatividad y reflexión sobre la situación que plantean las personas que participan del proceso, con un enfoque interdisciplinario, ofreciendo una perspectiva integral de la cuestión, uniendo los distintos puntos de vistas que favorezcan a la comprensión y comunicación de la situación que expresan los participantes.

 

Ante este nuevo escenario laboral-virtual, se presta especial atención al cuidado del entorno del proceso de mediación, al canal de comunicación (pantalla), se establece un clima de confianza, empático y necesario entre las partes, abogados y mediadores para que la distancia física que en algunas ocasiones se deforma por la virtualidad, no distorsione el lenguaje corporal con el discurso, ni impacte en el devenir del encuentro virtual.

 

 La atención estará puesta en el lenguaje, como hilo seguro para desarrollar la participación de todos y se adecuan las herramientas de comunicación que se ponen en acción.

 

 Los mediadores debemos estar preparados para legitimarnos tanto en lo profesional como en el punto del proceso en el que vayamos transitando, sin que este accionar implique una tarea tuitiva, direccionada a las partes, ofreciendo claridad y transparencia durante el proceso, garantizando la toma de decisiones y autocomposición de las mismas. 

 

Resulta importante reconocer los signos emocionales, para poder desarrollar mecanismos resilientes, realizando autodiálogos sobre la situación o intercambiando opiniones entre los comediadores para establecer  estrategias de conducción del proceso, arte que se cultiva permanentemente con capacitaciones inherentes a la profesión en virtud de que los convocados a las mediaciones asisten con una carga emocional, propia del tiempo que nos permeabilizó, la cual deberemos acompañar para una  gestión positiva de las emociones.

 

Los mediadores en esta instancia virtual realizan una construcción de agenda que debe incluir la validación de la identidad de las partes, la generación de confianza, la búsqueda de los intereses, opciones, hipótesis, interacción y trabajar los silencios mediatizados por la pantalla y el tiempo frente a ella.

 

Todo el proceso de mediación presenta un resguardo en el marco de la seguridad informática, el mismo no es grabado y esto es informado a las partes dada la inmensidad de información delicada, íntima y personal emitida por los participantes.

 

Nuevos tiempos, nuevos aprendizajes o resignificación de aprendizajes.

 

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