“El medidor”

“El medidor”

Según el calendario gregoriano, hoy es jueves, 5 de octubre del año 2065.

Estoy mirando por la ventana de la torre 92-A. El cielo está gris como todos los días, pero esta vez, puedo ver unas tímidas manchas rosadas hacia el este.

Luego intento enfocar la vista hacia abajo, pero en dirección a la tierra, el aire es tan denso que es imposible distinguir nada.

Nadie nos advirtió de esto. ¿O sí? Ustedes qué están en el pasado… ¿Me pueden informar si escucharon algo? Tal vez soy yo, que no recuerdo, pero creo que los primeros incidentes, ocurrieron antes de que yo naciera; entre el año 2021 y 2023...no estoy seguro.

¡Ah!, ¡Pero qué descortés fui! No les dije mi nombre. Me llamo Eumile Arno

kamar, tengo cuarenta años, y esto es lo poco que sé:

Contra todos los pronósticos, lo que empezó a escasear no fue el agua.

El asunto del agua se resolvió fácil; según la lógica humana, claro. Los científicos descubrieron una forma de sacarle la sal al mar. Resultado: agua

semipotable, apta para consumo humano. Por supuesto que los ricos, o bien residen en "Tierra-2", que es un planeta joven abundante en recursos, y por supuesto agua; o bien se quedaron acá, en el viejo planeta, "Tierra-1", y son dueños de los exclusivos cauces subterráneos de agua dulce, que aún quedan.

No. El problema no fue la falta de agua; el problema fue, la falta de oxígeno. Entonces ellos fabricaron una gran máquina a la que llamaron: "El Medidor".

Este es un aparato, que tiene la función de medir el oxígeno disponible, pero que el pueblo jamás ha visto. Según tengo entendido, fue instalado en algún predio gubernamental, aunque nadie sabe dónde. De todas maneras eso no importa. Lo que importa, es que cada mañana nos despierta una dulce voz femenina, sonando en los parlantes del cuarto. La voz dice: "Buenos días", e inmediatamente después un número. Solo eso.

El número indica la cantidad de oxígeno. (Cada día el número es más chico), y no sé para que nos lo dicen. Tal vez es solo para asustarnos; porque siendo sinceros… ¿Qué sentido tiene saberlo, si no se puede cambiar?

En realidad la máquina no mide por sí misma el oxígeno. Cada uno de los seres humanos que todavía vivimos acá, y que no tenemos privilegios, usamos obligatoriamente un reloj especial.

Lo llevamos día y noche ajustado a nuestras muñecas izquierdas; desde que cumplimos diez años, y hasta que morimos. No me pregunten por qué diez años; supongo que a partir de esa edad, la actividad respiratoria es mayor. Pero, como nunca lo dijeron, tampoco tengo la certeza.

Ya sé, ya sé...ahora me van a preguntar: ¿Por qué no usan tanques de oxígeno?, y ya les contesto: imposible para una persona común como yo, y para la mayoría. Al menos, yo tengo la suerte, de que me han dado una habitación para vivir en esta torre; gracias a un favor que hice hace unos años, y que oportunamente me fue devuelto.

Las torres, tienen acceso al aire menos contaminado en la altura; aunque,  como se imaginarán, tampoco está muy limpio.

Estoy seguro, de que ahora mismo, quieren hacerme otras muchas preguntas, como por ejemplo: ¿No hay forma de limpiar el aire de alguna manera?, ¿Y si plantan más árboles?, ¿Por qué no inventan una máquina gigante, que genere oxígeno para todos? Bueno, llevo más de veinte años preguntándome lo mismo, y a la conclusión que he llegado, es que realmente no les importa.

¡Ah!, ¡Me olvidé de decirles cómo es que funcionan los relojes!

Cada uno tiene un sensor, que mide los niveles de oxígeno que la persona consume, más los niveles de dióxido de carbono que emite; luego cruza los datos, y obtiene un número derivado de la relación O2 / CO2.

Cada reloj en la muñeca de cada ser humano en el planeta, está conectado de manera remota a "El Medidor", el cual almacena y procesa los datos totales, para luego dar el informe diario. También tiene la función de captar las alarmas,

y en caso afirmativo activar Protocolo.

Naturalmente, hay ciertas actividades que generan un intercambio de gases mayor. Estas actividades están prohibidas. Correr está prohibido, bailar y cantar están prohibidos, por supuesto que tener sexo está prohibido, asustarse

o ponerse nervioso, también está prohibido. Ya los escucho murmurando:

"...Bueno tal vez tener sexo puede evitarse. Tener miedo... bueno...no sé. Tal vez, también hayan prohibido las películas de terror. Pero... ¿Y ponerse nervioso? Incluso asustarse, puede ocurrir a causa de un evento inesperado, como una taza que se cae al piso, por poner un ejemplo. Esto es una reacción fisiológica normal…¿cómo la controlan?...”

Y ya les digo mis queridos, que eso fue fácil de solucionar para ellos. Simple: Al

mar le extraen la sal, y luego le agregan las drogas que calman el sistema nervioso. Ese es el agua que sale de nuestras canillas, y que bebemos a diario.

Ahora, cambiando un poco de tema, y no es que la estética me importe demasiado... pero solo para que sepan cómo soy, les diré, que entre la calidad del aire que respiro, y el agua que bebo, mi aspecto es el de un hombre de setenta años. Es más, la expectativa de vida en "Tierra-1", bajó a los cincuenta años.

Les cuento un secreto: Hace 48 horas que no tomo agua. Y no sé si es por la abstinencia, la deshidratación, el miedo, o un poco de cada cosa; pero ya puedo sentir como mi corazón late rápido y con fuerza. Hace mucho que no me sentía tan vivo. Aunque me temo, que cuando pase el límite permitido, y el sensor del reloj lo informe a la central, el protocolo se activará. El aparato en mi muñeca izquierda emitirá una descarga eléctrica, caeré al piso y luego todo será oscuridad. ¡Esperen! Falta poco… ¡La pantalla de mi dispositivo está a dos dígitos de alcanzar el límite! Hay algo más que quiero decirles…