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Geopolítica redefinida: Argentina se alinea con EE.UU. para frenar a los chinos

Luego de la reunión del presidente, Javier Milei, con el secretario de Estado, Antony Blinken, se ha cerrado el círculo sobre China y se estrechan las relaciones con los norteamericanos.

Aparte del conflicto entre la OTAN y Rusia, está abierto un segundo frente contra la expansión China. Desde hace dos años la General Laura Richardson (Jefa del Comando Sur), viene señalando públicamente la importancia estratégica de la Argentina en el nuevo panorama geopolítico. No en vano nuestro país tiene acceso privilegiado al Atlántico Sur y a la Antártida (que no es tan Argentina como creemos, pero eso lo trataremos en otra columna).

 

Hasta tal punto es relevante la posición del país, que la cuestión se planteó durante el 2023 en los arreglos de Sergio Massa con el FMI. El compromiso pasó por ponerle un freno a los chinos en diversos frentes: el control de la Hidrovía del Paraná, la compra de aviones a Pekín, el desarrollo del 5G, el puerto Chino en Tierra del Fuego y la pesca frente a las costas chubutenses. De hecho, se ha confirmado que el portaaviones nuclear USS George Washington llegará a la Argentina en mayo, en un fuerte gesto diplomático de apoyo al país.

 

Sabemos de buena fuente que la mayoría de los puntos que se negociaron durante el gobierno de Alberto Fernández se mantienen en pie con Javier Milei, quien ha manifestado sus reservas hacia el sistema político de Xi Jing Ping.

Negocios son negocios

 

Milei afirmó durante la campaña que no negociaría con el comunismo Chino, pero sabe perfectamente que Argentina tiene intercambios comerciales de vital importancia para la economía nacional. Es obvio que los negocios se seguirán manteniendo, pero aliarse con Pekín ya es harina de otro costal. Ya se dejó claro que no todo vale cuando hace unas semanas volvimos para atrás con la incorporación a los BRICS (una suerte de plataforma económica de conformada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

 

Igual hay que tener presente uno de los condicionantes de esta redefinición es el swap que solemos utilizar para pagar compromisos de dinero a través del Estado Chino. Se trata de movimientos vidriosos, ya que aún no se sabe cuáles son las condiciones reales, los intereses ni las exigencias que nos imponen cada vez que recurrimos a los yuanes (o renminbi) para pagar cosas. No es un dato menor que durante el gobierno anterior el trato permaneció en secreto y que la nueva gestión ha optado por continuar negándonos la información.

 

El cielo será de Lockheed Martin

 

En este contexto hay dos datos bien concretos que señalan el alineamiento de Argentina con EE.UU. para ponerle piedras en el camino a los chinos: el primero es la compra de los aviones Orion P3 que operarán en la Base Almirante Zar y el segundo, la compra de cazas F-16. Ambos fabricados por Lockheed Martin que fuera adquirido por General Dynamics. Pero veamos bien qué significa cada cosa.

 

Los Orión vienen a Trelew

 

El pasado 17 de octubre de 2023 el gobierno argentino anunció la compra de 4 aviones Orion P-3 a Noruega (1 P3-N y 3 P3-C) por un costo de 60.030.000 dólares. El Estado Mayor General de la Armada publicó el informe BAPIN N° 116667 denominado: “Adquisición de 4 aeronaves P3 Orion de exploración de largo alcance, Trelew, Provincia de Chubut”.

 

Se trata de aeronaves para la vigilancia del espacio marítimo de cuatro motores turbohélice, capaces de volar en casi cualquier condición climática y con una gran autonomía operativa, llegando a un radio de acción de 1.500 millas náuticas (2.780 km).

 

Todo indica que irán llegando durante este 2024 y los veremos surcar los cielos del valle para ponerle freno a los poteros que pescan ilegalmente en los alrededores de la milla 200.

Claro que hay barcos de otras nacionalidades, pero la acción está claramente destinada a mermar la capacidad de pesca de los chinos para estrangularlos donde más les duele: la adquisición de alimentos baratos para sostener su sistema social y político.

 

Top Gun en argentina: se vienen los F-16

 

El gobierno de Alberto Fernández sufría presiones para comprar aviones JF-17 Thunder de origen chino, pero construidos en Pakistán. Sin embargo, el viento cambió de lado, y para el 19 de diciembre de 2024 se retomaron las negociaciones con EE.UU. para la compra de 24 aviones Lockheed Martin F-16 Fighting Falcon de alta maniobrabilidad. Fuentes confiables afirmaron que se trata de una triangulación en la que el vendedor será Dinamarca y que se resolvería un problema legal derivado de Malvinas: los asientos eyectables son ingleses y estos darían su aprobación para la venta gracias a las gestiones de los norteamericanos, sumamente interesados en frustrarle el negocio a China.

 

Repuestos para todos

 

Comprar aviones a los chinos resultaría más barato para Argentina, el problema de hacerlo es la dependencia que generaría a posteriori. No alcanza con comprar un avión, hay que hacerlo funcionar, entrenar a los pilotos (entre 18 y 24 meses), mantener los sistemas de armas y navegación modernizados, hacerles el service y conseguir los repuestos (los Orion garantizan como mínimo 15 años de operación y los F-16 alrededor de 30). Para tener una idea, lo que vale ponerlos en el aire: la hora de vuelo del F-16 cuesta aproximadamente 25.000 dólares y la del P-3 Orion unos 23.000.

 

En caso de desatarse un conflicto, también pesa el abastecimiento de armas y la compatibilidad de los sistemas. Es claro que EE.UU. suministraría los insumos con placer.

 

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