Puerto Madryn

Nuevo estudio alerta sobre el impacto del acoso de las gaviotas en las crías de ballenas francas en Península Valdés

Investigadores del ICB y colaboradores encontraron que los ataques de gaviotas cocineras incrementan significativamente la probabilidad de muerte de las crías en sus primeros meses de vida.

por REDACCIÓN CHUBUT 12/01/2025 - 00.00.hs

El estudio, publicado en la Revista Marine Ecology Progress, surge del análisis de 25 años de monitoreo de estas interacciones y refuerza la urgente necesidad de implementar acciones de manejo integrales para mitigar esta problemática local.

 

Este estudio, liderado por la bióloga Maria Piotto y colaboradores, aporta nueva evidencia de cómo los ataques de gaviotas se manifiestan a nivel poblacional en los primeros meses de vida de los ballenatos nacidos en las aguas costeras de Península Valdés. Además, se complementa con las investigaciones previas que ya habían señalado el rol de las lesiones causadas por las gaviotas en la supervivencia a largo plazo de las crías.
La investigación fue publicada en la revista científica Marine Ecology Progress Series y forma parte de una serie de estudios previos realizados por el ICB junto a diversos colaboradores en el marco del Programa Ballena Franca Austral.

 

Gracias al monitoreo ininterrumpido de la población de ballenas en Península Valdés, fue posible saber que las lesiones provocadas por las gaviotas se acumulan a lo largo de la temporada de cría. Además, estas lesiones pueden potencialmente ocasionar deshidratación y pérdida de calor corporal. Se ha demostrado que los ataques de gaviotas alteran el comportamiento de las ballenas, incrementando la frecuencia de comportamientos que requieren un alto gasto energético. Asimismo, generan estrés crónico en los ballenatos, lo que podría afectar a la salud, bienestar y supervivencia.

 

Principales hallazgos del estudio
Comparación entre madres-crías y golfos: Entre 2004 y 2019, las crías de ballena recibieron casi el triple de ataques que sus madres, indicando una preferencia de las gaviotas sobre los ballenatos. Además, la mayoría de los ataques ocurrieron en el Golfo Nuevo.
Impacto en la mortalidad: La mortalidad de las crías, en un año de intensidad y frecuencia de ataque promedio, fue 2,26 veces mayor que lo esperable en un año hipotético sin ataques.

 

Efecto acumulativo: Las muertes de crías potencialmente influenciadas por el acoso de las gaviotas tendieron a ocurrir hacia finales de la temporada, en octubre, probablemente como consecuencia de la acumulación de las lesiones y estrés fisiológico generados por los ataques en los meses previos.
Dinámica a largo plazo: A lo largo de los 25 años analizados, se identificaron tres períodos distintos de variación en la intensidad y frecuencia de los ataques: en 2004-2010 los valores fueron crecientes o altos; en 2011-2013 se registraron valores extremos y cambiantes; y en 2014-2019 valores decrecientes o bajos.

 

La Biológa María Piotto, autora principal de este estudio, resalta: 
“Las ballenas de Península Valdés han sido atacadas por gaviotas cocineras al menos desde los ‘70, y la dinámica de esta interacción ha cambiado con el tiempo. En las últimas décadas, otras poblaciones de cetáceos han comenzado a experimentar ataques de aves marinas, similares a los primeros casos registrados en Valdés. Estos ataques, conocidos como “micropredación”, podrían representar una amenaza para tales poblaciones si se intensifican con el tiempo, ya que nuestros resultados sugieren que los ataques frecuentes e intensos aumentan la probabilidad de muerte de los ballenatos durante sus primeros meses de vida.”

 

¿Como se llevo adelante este estudio?
Los investigadores utilizaron una base de datos de 25 años (1995-2019), que incluyó registros de ataques de gaviotas a pares madre-cría y conteos de crías vivas y muertas en Península Valdés. El análisis permitió evaluar la variación anual de la frecuencia e intensidad de los ataques y su relación con la mortalidad de los ballenatos. Asimismo, investigaron si los valores altos de intensidad y frecuencia de los ataques se relacionaban con un mayor número de crías muertas registradas hacia el final de la temporada.

 

La vulnerabilidad de los ballenatos frente al acoso de las gaviotas
La dinámica de los ataques de gaviotas que recibe esta población ha cambiado a lo largo del tiempo. En los años 80, las gaviotas atacaban principalmente a madres y otros adultos en el Golfo San José, mientras que, para 1995, los ataques se distribuían uniformemente entre el golfo San José y el Nuevo, siendo las crías el foco de los mismos. 

 

En la década del 2000, las crías comenzaron a presentar tres veces más lesiones de gaviotas en sus lomos en comparación con sus madres, posiblemente debido a las estrategias de evasión adoptadas por los adultos.

 

El análisis de 25 años de datos del monitoreo de gaviotas a madres con cría, confirmó que los ataques incrementan la probabilidad de muerte durante los primeros meses de vida en Valdés. Además, este estudio destaca que los ataques de gaviotas podrían contribuir en las muertes ocurridas hacia el final de la temporada de cría, debido, posiblemente, al efecto acumulativo de los mismos.

 

Previamente, otra investigación realizada por la Dra. Macarena Agrelo y colaboradores que analizaron los registros históricos de ballenas foto identificadas durante los relevamiento aéreos, reportó que un mayor número y tamaño de lesiones provocadas por gaviotas reduce la probabilidad de supervivencia de los ballenatos durante su primer año de vida.

 

En conjunto, los resultados de ambas investigaciones refuerzan la evidencia de que los ataques de gaviotas tienen un impacto significativo en la mortalidad de ballenatos y, en consecuencia, una potencial influencia en los parámetros demográficos de esta población.

 

La culpa no es de las gaviotas
Si bien las gaviotas son las que atacan directamente a las ballenas, este comportamiento ha sido favorecido por las actividades humanas, en particular el desmedido descarte pesquero en el mar y el manejo inadecuado de residuos orgánicos en tierra tanto urbanos como pesqueros. Demonizar a las gaviotas desvía la atención de las causas subyacentes y de las responsabilidades humanas: la oferta de alimento de origen antropogénico ha alterado sus patrones naturales de alimentación, favoreciendo su crecimiento poblacional.
 

 

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