¿Por qué cada vez se ve más cantidad de ballenas francas australes en la costa bonaerense?
En los últimos inviernos, las costas de la provincia de Buenos Aires están viviendo un fenómeno tan hermoso como esperanzador: cada vez se ven más ballenas francas australes desde la orilla.
por REDACCIÓN CHUBUT 19/07/2025 - 20.46.hs
Localidades como Mar del Plata, Miramar, Necochea, Claromecó o Monte Hermoso se han convertido en verdaderos balcones naturales desde donde se las puede observar nadando a pocos metros de la costa.
Esta presencia creciente no es casual. Es el resultado de más de medio siglo de estudios y medidas de conservación. Durante siglos, estas ballenas fueron cazadas hasta quedar al borde de la extinción. Pero a partir de la segunda mitad del siglo XX, la prohibición internacional de la caza comercial, junto a leyes nacionales y provinciales de protección, permitieron que comenzaran un proceso de recuperación.
La costa bonaerense, que durante décadas no era parte del recorrido habitual de estas ballenas, vuelve a integrarse a su hábitat. Este regreso también tiene una explicación ecológica: la población creció, y con ello se expanden los lugares que las ballenas usan para socializar, reproducirse o alimentarse.
Los científicos explican que lo que suele verse en estas zonas son principalmente ejemplares juveniles y adultos. Utilizan estas aguas templadas, desde otoño hasta primavera, como lugar de cortejo, y en algunas ocasiones se han visto madres con crías que inician migraciones tempranas. Aunque la mayoría de los nacimientos se producen en Península Valdés y Río Negro, es claro que las rutas migratorias se están ampliando.
Esto, sin embargo, plantea un nuevo desafío: estas ballenas ahora conviven con actividades humanas intensas, como el tránsito de embarcaciones, la pesca, el ruido submarino o la contaminación. Si bien celebramos su presencia, debemos también repensar nuestra forma de habitar y producir en estas zonas del mar.
Estudios recientes indican que si bien la población sigue creciendo, ese ritmo se ha desacelerado. La tasa de crecimiento que hace unos años rondaba el 7% anual, hoy se estima en alrededor del 3%. Es un dato que invita a prestar atención: ya no es la caza el principal riesgo, sino la suma de impactos modernos que alteran su bienestar y el equilibrio del ecosistema marino.
La observación costera de ballenas se vuelve entonces una oportunidad doble. Por un lado, permite disfrutar de un espectáculo único, accesible y emocionante. Por otro, nos conecta con la importancia de proteger no solo a esta especie, sino a todo el entorno que comparte con ella: lobos marinos, aves, peces, moluscos y una inmensa biodiversidad marina.
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