Puerto Madryn

La cronología del caso Tagariello, la policía asesinada en cumplimiento del deber

La noche del miércoles 16 de julio, en el barrio San Miguel de Puerto Madryn, la violencia volvió a irrumpir en la vida cotidiana con una crudeza que sacude incluso a una ciudad acostumbrada a convivir con hechos policiales.

por REDACCIÓN CHUBUT 19/07/2025 - 21.28.hs

Eran casi las nueve cuando una mujer y su sobrino regresaban a su domicilio ubicado sobre la calle Vito Roca. Al acercarse, notaron que algo no andaba bien: la puerta estaba forzada, el interior a oscuras, un silencio pesado en el ambiente. La mujer avanzó primero y el menor la siguió unos pasos detrás.

 

La vivienda era pequeña. Al llegar a la habitación del fondo, la dueña de casa se encontró con un hombre que empuñaba un arma. Estaba recogiendo elementos personales y herramientas de trabajo, entre ellos, un bolso y elementos de peluquería. La encañonó. Le exigió que se arrodillara. Hubo un breve diálogo, que el menor alcanzó a escuchar antes de retroceder, salir a la calle y pedir auxilio a una vecina. Él fue quien llamó al 101.

 

Apenas unos minutos más tarde, llegó el primer móvil de la Policía del Chubut. Lo ocupaban tres mujeres: una chofer, una oficial y la sargento Marcela Tagariello, jefa de turno de la Comisaría Cuarta. Ingresaron juntas. Recorrieron la casa con premura, sabiendo que había un posible asalto en curso. Se separaron brevemente para cubrir más terreno. Fue Tagariello quien llegó primero a la habitación iluminada donde el delincuente seguía con el robo. Pero la escena era confusa.

 

El autor del robo y la víctima estaban juntos. Según relató después la mujer de la casa, Tagariello dudó unos segundos. Pensó que ambos eran propietarios inspeccionando los daños. Pero la mujer logró hacerle señas. Y en ese instante, la oficial comprendió. Le gritó al sujeto que se detuviera.
El hombre no dudó. Disparó dos veces. El primer proyectil impactó contra el chaleco antibalas de Tagariello. El segundo, aprovechando el giro reflejo de la víctima, ingresó por la axila izquierda, una zona sin cobertura. La sargento cayó al suelo. El tirador huyó por el patio trasero, saltando medianeras.

 

En menos de un minuto llegaron otros efectivos. Uno de los móviles, de Infantería que ya estaba en camino para acudir al robo que se había denunciado, trasladó a Tagariello mientras sus compañeros le realizaban maniobras de RCP. El traslado fue inmediato, pero en el Hospital Andrés Isola solo pudieron constatar la gravedad de las lesiones. El proyectil había afectado órganos vitales, principalmente el pulmón. Minutos después, falleció.

 

La escena del crimen fue acordonada por varias cuadras. A las 23, arribó personal del Ministerio Público Fiscal. El fiscal general Alex Williams ordenó una búsqueda centrífuga desde el punto del disparo. Se relevaron cámaras de seguridad y testimonios. Una cámara mostró a un hombre que corría y giraba en una esquina cercana a la escena, justo después del crimen. Vestía ropa compatible con la descripta y se lo vio ingresar a una vivienda.

 

La jueza penal Patricia Reyes firmó la orden de allanamiento y a la 1 de la madrugada, efectivos de distintas divisiones rodearon el domicilio y entraron. Allí hallaron a un hombre que coincidía en contextura física, edad y vestimenta. Fue identificado como Lucas Miguel Ángel Entraigas, de 26 años. Fue detenido en el acto.

 

Horas más tarde, ya con varios elementos reunidos —incluido el posible arma homicida hallada en la zona—, el MPF formalizó la imputación. Entraigas fue acusado de homicidio doblemente agravado por críminis causa y por la condición de funcionaria pública de la víctima, en concurso real con robo agravado por uso de arma de fuego. La pena esperada, en caso de condena, es prisión perpetua.

 

Entraigas, nacido y criado en Madryn, tiene un frondoso prontuario: al menos seis causas penales. En 2016 fue vinculado a un robo agravado, aunque sobreseído un año más tarde. En 2020 volvió a ser imputado y luego absuelto por encubrimiento. Ese mismo año, fue condenado por seis delitos contra la propiedad cometidos entre 2019 y 2020. También fue sobreseído por una causa de portación ilegal de armas.

 

En 2022 fue nuevamente condenado, esta vez a cuatro años y medio de prisión por robo agravado con arma. El 8 de julio de 2024, apenas ocho días antes del crimen, el juez de Ejecución Penal Horacio Yanguela le otorgó la libertad condicional, con pautas estrictas de conducta: debía permanecer en su domicilio por las noches, abstenerse de consumir sustancias y asistir a tratamiento psicológico.

 

Durante la audiencia de control de detención, la fiscalía remarcó el “peligro procesal de fuga” y el “alto grado de violencia” con que actuó el acusado. Recordaron, además, que en causas previas había sido declarado en rebeldía. La defensa pública no se opuso a la imputación ni a la prisión preventiva solicitada por el fiscal Williams. La jueza Reyes ordenó su alojamiento en la Unidad 6 del Servicio Penitenciario Federal en Rawson y autorizó una investigación penal preparatoria por 180 días.

 

Marcela Tagariello, madre, policía de vocación y de carrera, murió cumpliendo su deber. Su nombre se suma a una lista que nunca debería crecer. La justicia deberá ahora determinar si el responsable de su asesinato será condenado por lo que hizo. Mientras tanto, Puerto Madryn —otra vez— se sacude ante el peso de una tragedia evitable.
 

 

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