Puerto Madryn

¿De qué hablamos cuando hablamos de Seguridad Participativa?

Por José Martín Ostuvald para EL CHUBUT
Suboficial Mayor retirado de la Gendarmería Nacional Argentina. Fue Agregado de Seguridad en la Embajada Argentina en Argelia y miembro de la Policía Civil de Naciones Unidas.  

por REDACCIÓN CHUBUT 30/08/2025 - 20.49.hs

Si bien la seguridad pública es un servicio que debe brindar el Estado a través de sus policías, son los Municipios los que conviven a diario con sus ciudadanos y reciben los reclamos e inquietudes, que en el caso de superarlos deben ser gestionados ante los niveles de gobierno superiores, cuando así corresponda. 

 

En este contexto, es importante trabajar sobre la prevención social del delito, etapa en la que los Municipios asumen un rol fundamental como Coordinadores de este esfuerzo. Su rol es orientar la aplicación de las políticas públicas preventivas en materia de seguridad, entendida como un fenómeno actual complejo. Cabe destacar que la seguridad y la prevención en una sociedad, no es una tarea individual sino algo que se construye en forma colectiva.  

 

En los países más avanzados, se sostiene que la comunidad más segura no es la que más policías tiene, sino la que mejor cultura de seguridad y convivencia ciudadana construye. Para ellos, el mejor guardián de su barrio es el propio vecino, quienes se transforman en un elemento de control, tanto para las autoridades que son requeridas como para los potenciales autores de conductas sociales no aceptadas.  

 

Según lo establecía el Acuerdo para la Seguridad Democrática diseñado hace décadas en nuestro país, “Una concepción integral de la seguridad implica tanto la prevención de la violencia física, como la garantía de condiciones de vida dignas para toda la población. Esto requiere estrategias de abordaje integral que articulen las políticas de seguridad con otras políticas públicas y complementen las acciones del sistema penal con intervenciones de todas las áreas del Estado”. 

 

En este contexto, los Planes de Seguridad Participativa contemplan el trabajo articulado con las Comisiones vecinales y todas las instituciones y organizaciones sociales del barrio, fortaleciendo la prevención y mejorando la capacidad de respuesta ante la demanda de los vecinos. El objetivo principal es recuperar el espacio perdido por el Estado y eso sólo se logra con acciones concretas que mejoren la calidad de vida de todos los habitantes y no con discursos.

 

El mayor desafío es lograr la cooperación efectiva de la comunidad en materia de seguridad y prevención pública. Los ciudadanos son parte fundamental del sistema de prevención, porque las políticas de seguridad modernas exigen de la protección mutua, del conocimiento de lo que pasa en nuestro barrio y de la gestión del problema en forma democrática y eficiente.       

 

Para el éxito de este Programa, se deben tener en cuenta tres aspectos fundamentales: 
- La participación y la confianza de los vecinos 
- La respuesta inmediata y eficiente de los organismos de Gobierno  
- La continuidad en el tiempo de estos programas, que deben ser políticas que excedan los periodos de gestión- 

 

Los aspectos principales que deben relevarse y trabajar para ser resueltos en el menor tiempo posible, se pueden clasificar en tres grupos: 

 

a) Conflictos de índole social preponderante: Consumo indebido de drogas y sustancias tóxicas; Disturbios callejeros o puntos de concentración de “patotas”; Menores en situación de vulnerabilidad o mendicidad callejera; Prostitución, en cualquiera de sus formas; Venta de alcohol a menores y/o venta ilegal de este producto; Ocupación ilegal de viviendas y terrenos ; Deserción escolar; Desocupación; Cobro de peajes; Violencia familiar 

 

b) Delitos Preponderantes: Robo y/o hurto en la vía pública; Venta de drogas; Robo y/o hurto de automotores y desarmaderos de vehículos; Lugares de robos y/o hurtos de viviendas; Lugares frecuentados por gente armada y/o violenta.

 

c) Conflictos Preponderantes en los Espacios Públicos: Falta de iluminación en sectores considerados “críticos” (Plazas, terminales y paradas de micros urbanos e interurbanos, taxis y remisses, playas de estacionamientos de universidades, clubes, colegios, paseos y calles peatonales, atractivos turísticos, locales de esparcimientos, etc); Zonas de urbanización aisladas; Lugares de asentamientos de indigentes y/o consumo de bebidas, etc ; Edificios abandonados (Fábricas, obradores, galpones, etc); Calles, pasillos y senderos utilizados como vía de ingreso o escape; Lugares de accidentes de tránsito, picadas, etc; Carencia de servicios públicos en barrios periféricos

 

En síntesis, para mejorar la calidad de vida y crear conductas de prevención que ayuden a mejorar la seguridad en su conjunto, se necesita del vecino comprometido y de un gobierno que dé respuestas a sus demandas. El éxito se basa en la continuidad de estas acciones, en la eficiencia de las respuestas y en la sencillez de su ejecución.

 

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