Teneme paciencia, no sé adaptarme a los cambios
Por Christian Devia
Locutor, periodista y coach ontológico profesional
por REDACCIÓN CHUBUT 13/09/2025 - 22.23.hs
Hace unos días, en un semáforo, me encontré detrás de un auto que llevaba dos carteles en la luneta trasera. El primero, verde, decía “Principiante”. Era claro: la persona que manejaba estaba estrenando su licencia de conducir.
Esa señal, que busca advertir a los demás, también carga con cierto peso estigmatizante: “todavía no aprendió del todo, ojo con ella”.
Pero fue el segundo cartel el que me descolocó:
“Teneme paciencia, no sé adaptarme a los cambios. Gracias.”
Ese mensaje me atravesó. No solo hablaba de manejar un auto, sino de algo mucho más profundo.
Durante años, los autos funcionaron con caja manual. Había que aprender la lógica: primera, segunda, tercera, cuarta, reversa. Había que escuchar el motor, sentir el momento justo para pasar de un cambio a otro. Los autos automáticos simplificaron la experiencia: pisás el acelerador y todo fluye en automático.
Y me pregunté: ¿cuántas veces en la vida nos pasa lo mismo? Funcionamos en automático, cómodos, sin pensar demasiado. Pero cuando la vida nos pone frente a una “caja manual”, cuando tenemos que decidir si avanzar, frenar o retroceder, ahí aparece la dificultad. Nos cuesta adaptarnos porque estamos acostumbrados a que todo fluya sin esfuerzo.
La vida, en realidad, no siempre es automática. Muchas veces exige que tomemos el control:
¿Cuándo acelerar?
¿Cuándo poner primera y arrancar?
¿Cuándo meter reversa y volver atrás?
¿Y cuándo, simplemente, detenernos y esperar?
Ese cartel, tan simple y honesto, me dejó pensando: quizás todos deberíamos llevarlo en la espalda. Porque todos, en algún momento, necesitamos que alguien nos tenga paciencia mientras aprendemos a adaptarnos a los cambios.
Adaptarse no es fácil, pero es inevitable. Y si bien podemos pedir paciencia, también necesitamos dárnosla a nosotros mismos.
La próxima vez que sientas que no sabés cómo seguir, pensá que no se trata de manejar en automático. Se trata de animarte a elegir cada cambio, cada movimiento, cada pausa.
Porque la vida, como un auto manual, se conduce decidiendo. Y la decisión más importante es no quedarnos quietos.
Buen domingo y mejor comienzo de semana
Últimas noticias
Más Noticias