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Año nuevo

Como desde hace tantos años, en este 2022, se renuevan los deseos de felicidad y esperanza en un futuro mejor porque el hombre en su principal anhelo de paz, armonía y felicidad, se esfuerza en trasmitir el pensamiento de un mundo mejor, de ese mundo que cada día precisa más de la comprensión de los hombres.

No solo se debe quedar en los deseos, sino que se debe aportar desde cada individuo construyéndolo, no destrozándolo. Un mundo que lentamente se va desgranando y que precisará de todos los esfuerzos para que las generaciones futuras puedan vivir convenientemente, y que las actuales circunstancias sean revertidas, ante el ataque diario que hacemos de su estructura. Y en este contexto todos, cada uno desde el lugar que le toca ocupar en esta vida, pueda sentirse satisfecho de haber contribuido no solo al bienestar general sino a sumar a la armonía de ese mundo que todos anhelan, sin hambre, sin violencia, sin prepotencia, sin especulaciones del uno sobre el otro. Donde la paz y el amor sean la respuesta a ese Ser que desde hace tantos años nos señala el camino correcto con tan solo diez mandamientos.
Pero el hombre en su soberbia desoye, creyéndose superior o sino desconociendo su mensaje. Donde el «Amaos los unos a los otros» no sea más que un escrito en algún pensamiento trasmitido a un papel o voz que cada tanto nos lo recuerda. No alcanza el entendimiento humano para pensar el porqué de casi una muerte por día de una mujer el año pasado en nuestro país, o por qué de tanta basura arrojada al mar comprometiendo el futuro alimenticio del mundo, o por qué tantos niños deben morir en Anielo, Africa, Afganistán u otras naciones y zonas del mundo, por qué el narcotráfico, la inseguridad cotidiana, el abuso de uno contra el otro, la trata de personas y tantos otros males que nos aquejan. Por qué la falta de comprensión de las personas que quieren imponer sus ideas sobre las otras en lugar de conversar y obtener los mejores resultados que den satisfacción a todos. Por qué el mal uso de la política y de la actuación de algunos políticos, donde pareciera que solo interesan los bienes personales y no el bienestar del pueblo, situación que da paso a los extremismos que tanto mal nos han hecho y aún lo siguen practicando sin pensar en el otro.        
Días pasados en una charla para jóvenes decía: «Que ustedes no son el futuro, sino el presente a quienes debemos preparar para ese fututo donde la armonía reine sobre todas las cosas y sirva para educarlos convenientemente, donde los deseos y las esperanzas de ese mundo soñado sea una realidad». Va a ser difícil porque hay mucha gente que aún no entendió el mensaje de paz y armonía que se nos trasmitió hace más de veinte siglos y que parece que muchos hombres desoyeron y desoyen. Pero enmarcados en la fe de ese mundo por el cual aún hoy debemos luchar, debemos esperanzarnos en aquellos de buenos pensamientos que suman y que no restan. Los que realmente construyen armónicamente para que más personas sean felices. Por un mundo mejor: Feliz Año Nuevo.
 
 

 

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