Regionales

Una "Nueva Gales" y sus 157 años

Una historia rica desde su raíz, por el desafío, el riesgo, el resguardo de la fe, de la cultura, del idioma, por el nuevo terruño al que supieron adaptarse. La gesta galesa que permitió pensar a la Patagonia desde otra mirada: la del desarrollo.

por REDACCIÓN CHUBUT 28/07/2022 - 10.17.hs

Este 28 de julio se cumplen 157 años de la Gesta Galesa con el arribo a la costa atlántica de Chubut del velero “Mimosa” en el que, tras dos meses de travesía, llegó el primer contingente para instalarse, ramificándose en Chubut y en la Patagonia, afirmando su palabra, su música, los apellidos, la gastronomía, haciendo un paisaje urbano en lugares que hasta ese momento eran tan lejanos para el mismo gobierno argentino con una "nueva Gales, un futuro amplio".

 

El “Mimosa”, de 43 metros de eslora y casi ocho de manga, partió desde el puerto de Liverpool el 25 de mayo de 1865 con un contingente de 153 colonos galeses: 56 adultos casados, 33 solteros o viudos, 12 mujeres solteras y 52 niños.

El viaje fue promovido por nacionalistas galeses que pretendían conformar una colonia en la Patagonia donde desarrollarse, resguardando su cultura, su lengua y su religión. Este grupo llegó a la Patagonia, mientras que otros emprendieron viaje para radicarse en los Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Pero lo más interesante del fenómeno galés en nuestra tierra, fue cómo se resguardo la lengua, además del resto de los rasgos culturales, pero el cuidado del idioma fue vida en tierra de vientos.

 

Inglaterra era dura contra Gales y las religiones protestantes inconformistas eran muy mal vistas por los oficiales británicos, siendo ellos anglicanos. Atentaron contra el idioma: el galés tendría una mejor suerte que el Cornish, idioma de origen celta utilizado en la región de Cornwall (Reino Unido) que quedó prácticamente extinto a finales del siglo XVIII a causa de la política de uniformidad lingüística impuesta por el gobierno británico.

 

La Gesta Galesa tuvo líderes como el reverendo Michael D. Jones; el capitán Love Jones Parry; Lewis Jones, tipógrafo de Liverpool y el reverendo Abrahan Matthews. Se puede afirmar entonces que durante la presidencia de Bartolomé Mitre se inicia el poblamiento definitivo de la región, específicamente, del valle inferior del río Chubut. Sucesivamente, entre 1874 y 1876 llegaron nuevos contingentes de colonos galeses que se radicaron en la Colonia.

La negociación fue clara. La ocupación de tierras al sur de Bahía Blanca, cuestión que al gobierno argentino le servía producto de la permanente disputa con Chile. El acuerdo permitía a los colonos usar su lengua en todos los ámbitos sociales y, a cambio, los colonos se comprometían a respetar las leyes e izar la bandera argentina.

 

Zarparon el 25 de mayo de 1865, fecha singular para la Argentina. Llegaron a bordo de la nave Mimosa, trayendo consigo los elementos indispensables para formar su hogar en la nueva tierra y algunos elementos para realizar trabajos agrícolas.

 

El clima y la geografía eran desconocidas para la mayoría del grupo. Al poco tiempo resultó indispensable la obtención de agua dulce. Así llegaron hasta la desembocadura del río que buscaban, el Chubut, entonces Chupat. Se instalaron en la margen norte del mismo y fundaron un pueblo -que luego sería capital de la provincia- al que llamaron Rawson, en honor al Dr. Guillermo Rawson, ministro del Interior del presidente B. Mitre, y quién tanto los había ayudado para se establecieran en la Patagonia.

 

El desembarco fue el 28 de julio en Punta Cuevas, en la actual Puerto Madryn. Al llegar, los colonos se dieron cuenta de que la tierra que les habían prometido no se parecía a la que los oficiales del gobierno argentino les habían descrito. Los argentinos habían prometido que las tierras de la bahía eran fértiles como las tierras de Gales, lo cual no era cierto. Se dice que, durante las primeras semanas, los colonos tuvieron que asentarse en chozas dentro de las cuevas.

 

La búsqueda de agua dulce los llevó a recorrer 64 kilómetros a través del Valle del Chubut. Divisaron al actual Río Chubut, al que los galeses llamaban Afon Camwy (río torcido). Y empezó el desafío, llegaron los primeros asentamientos que formaron pueblos como Rawson, Dolavon, Madryn, Trelew, Trevelin.

 

El gobierno argentino otorgó a los colonos galeses el título de propiedad sobre el territorio. Estos lograron cultivar la tierra y para el año 1880 la población de Y Wladfa (nombre que recibe el conjunto de colonias) llegó a ser de mil personas. Los primeros años fueron particularmente difíciles. Los colonos sufrieron inundaciones, malas cosechas, escasos medios de comunicación y una reducción de la población.

 

Para solucionar el problema del riego construyeron canales, una de las primeras redes de riego artificial del país, y la zona comenzó a producir trigo en mayor escala.

En 1886 comenzaron las obras del Ferrocarril Central de Chubut, obra impulsada por Lewis Jones que permitió conectar Trelew con Puerto Madryn. Tras la aparición del ferrocarril se creó la Compañía Comercial del Chubut, la cual atrajo a nuevos colonos de Gales. De esta manera, el Valle de Chubut fue prosperando con el tiempo y los niños en las escuelas podían hablar y estudiar en galés. En un período corto de tiempo, los colonos parecían haber conseguido lo que tanto habían trabajado.

 

LEALTAD A LA BANDERA

 

Con la misma convicción y la misma fuerza se realizó en la década del 1880 la colonización de la cordillera chubutense, a partir del asentamiento en la zona conocida como "Valle 16 de Octubre", dentro del cual actualmente se encuentra la pintoresca Trevelin. En 1902 ya se cultivaban allí cereales, criaban ganado, tenían su capilla y su escuela, la número 18 del río Corintos que dirigía el maestro Owen Williams.

 

Y el 30 de abril de aquel año, en el local escolar, el espíritu agradecido del galés tuvo la oportunidad de manifestarse. El valle que habitaban era reclamado por el gobierno chileno. Entonces se realizó un plebiscito para conocer la opinión de los pobladores acerca de la nacionalidad que querían tener. Los galeses manifestaron que habían vivido bajo la soberanía y protección del pabellón argentino. La respuesta unánime fue que "no había preferencias sino cariño de hijos, lealtad a la patria de adopción para unos, nativa para otros". Luego, el árbitro (inglés) tomó en cuenta ese plebiscito y reconoció la legitimidad de los derechos argentinos. El maestro Owen Williams izó la "bandera argentina" en el mástil de la escuela y se cantó el himno nacional. Allí terminó la disputa por ese territorio.

 

 

 

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