Las protestas
En estos tiempos pareciera que las protestas están a la orden del día. Basta escuchar la radio o ver la televisión, o en las calles las manifestaciones requiriendo tal o cual cosa, para darse cuenta de que algo no anda bien. Desde ya que se entiende que los reclamos son justos aunque en algunos casos de dudoso entendimiento, como decía días pasados un entrevistado al referirse a una de las agrupaciones que periódicamente protestan: «Se manifiestan obreros, pero ninguno trabaja, en relación al pedido de más planes».
El mundo ha girado hacia nuevas tendencias y la evolución de su población en un crecimiento tal que pareciera que las posibilidades puestas a su alcance, no satisfacen sus necesidades, van creando en muchos de los casos un creciente descontento, que justamente se manifiesta a través de las protestas. Y en este andar resulta que muchas de ellas son justificadas, pero otra no tanto, ya que tras esa protesta se esconden diversos intereses, que son «fogoneados» por personas o grupos bajo oscuros intereses. Y es así que como me comentaba un allegado que participa de esas marchas, que si no concurren no les dan tal o cual beneficio, para lo cual algún puntero oficia de controlador.
De todas maneras debe calificarse o cuantificarse la razón de la protesta, porque de ello depende el éxito de las marchas grupales en cada caso. Pero también está la protesta individual, donde el ciudadano hace ejercicio de la facultad de protestar, ya sea por lo que entiende que no es justo, o por otras razones, que debe manifestarse. Sea como sea la protesta es en su medida la disconformidad del ser humano ante algo que se entiende no está bien, aunque muchas veces caprichosamente no es así.
Pero como el derecho de uno termina en el otro, muchas de las protestas sobre todo callejeras produce un malestar que empaña el reclamo, ya que gran parte de los afectados se ven perjudicados en su tránsito al trabajo, estudio, emergencias médicas, etc, lo que desde ya empaña el requerimiento.
De todas maneras la protesta es una facultad del ser humano que sirve en muchos de los casos para solucionar un problema, pero en otros solamente para que este se agudice y en respuesta se recurra a la violencia, como muchas veces hemos visto a través de la historia, con lamentables resultados. También el reclamo individual es parte de la reacción del individuo ante algo que el considera injusto, y esto lo vivimos desde el momento que el ser humano puso los pies sobre la tierra.
Y ya que estamos veremos por qué protestamos, así de esta manera damos satisfacción a nuestro requerimiento como ser humano, en que la protesta es nuestra forma de manifestar al no estar de acuerdo con algo.
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