Carta del Lector

Japón no escarmienta II

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En su mayoría los habitantes de Japón son adversos a la energía nuclear, sin embargo, las autoridades no comprenden a sus ciudadanos. Los mitos sobre la seguridad de los reactores y las necesidades energéticas no pueden cambiar la realidad.

Un aumento de la cantidad de reactores en funcionamiento hará aún más grave el problema de sus residuos nucleares. 

 

La situación de los combustibles nucleares gastados, que son residuos altamente radiactivos, es compleja y multifacética. Ha generado grandes cantidades de combustible irradiado a lo largo de más de medio siglo de uso de energía nuclear, y su gestión actualmente es un verdadero quebradero de cabezas.

 

Tiene aproximadamente 19.000 toneladas de combustible nuclear gastado en almacenamiento temporal en piscinas de enfriamiento en los propios sitios de los reactores. Según avanzan el uso y reinicio de reactores, el espacio en estas piscinas se está volviendo limitado, ya tiene ocupado el 80 % de la capacidad. en piscinas y otros sistemas en instalaciones existentes.

 

Las autoridades están impulsando otras soluciones. en los sitios de las centrales nucleares, En Mutsu, prefectura de Aomori, ha inaugurado y empezó a operar, en setiembre pasado, su primera instalación de almacenamiento temporal fuera de las centrales.  Podrá almacenar solo durante 50 años tiempo en el cual se espera que parte de ese combustible sea enviado a reprocesamiento.

 

Hay preocupaciones locales porque no se ha decidido todavía el destino final tras esos 50 años. 

 

El reprocesamiento no es una solución total, sino más bien una mayor complicación. Al reprocesar se obtiene plutonio más nuevos residuos líquidos altamente radiactivos y perdurables cuya gestión es difícil y cara. Parte del plutonio puede, mezclándolo con uranio, ser utilizado como combustible en algunos reactores y el plutonio excedente pasa a ser un desecho inútil, extremadamente peligroso y atractivo para el terrorismo.

 

La planta de Rokkasho, diseñada desde la década de 1990 como la principal instalación de reprocesamiento comercial, sigue sufriendo retrasos técnicos y de inspección de seguridad. Ha cumplido,35 años y todavía no ha entrado en operación plena. 

 

Mientras tanto, ha estado enviando combustible gastado a Francia y al Reino Unido para que sea reprocesado allá, aunque esto ha generado un acumulado de plutonio separado que aún no ha sido devuelto ni utilizado localmente. Ese plutonio no sirve para otra cosa que para fabricar bombas atómicas, ya es considerado un desecho a eliminar.

 

El transporte de estos productos, además de ser onerosísimo, genera complicaciones políticas con los países cuyos mares atraviesan los barcos, ya que impiden u obstaculizan el paso por sus aguas territoriales.

 

Recientemente, Kansai Electric anunció planes para aumentar los envíos de combustible gastado a Francia para investigación y reprocesamiento, debido a la escasez de espacio en las piscinas en las centrales nucleares. La planta de Sellafield en Reino Unido ha dejado de operar.

 

Como todos los países sueña con disponer alguna vez una solución geológica profunda. Aún no se han seleccionado ni desarrollado sitios definitivos.

 

Planta de reprocesamiento nuclear en demorada construcción (35 años)

En la central de Fukushima Daiichi, tras el accidente de 2011, ya se retiró el combustible gastado de algunos reactores, como el No. 3, y se continúa planificando su traslado a instalaciones de almacenamiento seguro. 

 

El proceso de retirada de combustible fundido y escombros del núcleo de los reactores dañados sigue siendo extremadamente largo y difícil, con proyecciones que pueden extenderse décadas o incluso más de una generación. 

 

En estas condiciones, ¿es razonable impulsar la puesta en funcionamiento de más reactores?

 

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