Roberto Alvarez

Quién es "Chobi", el obispo de la alegría

Roberto "Chobi" Alvarez es cordobés, apasionado de esta provincia, siempre cercano a la imagen de la Virgen María y la pasión de Jesús. Un promotor de la alegría, gran orador y caminante. Es el primer obispo de la Diócesis de Rawson y anticipó que la mujer tendrá un lugar preponderante.

por REDACCIÓN CHUBUT 19/10/2023 - 09.56.hs

La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha comunicado que el Santo Padre ha erigido la nueva Diócesis de Rawson en Argentina, por desmembración de la Diócesis de Comodoro Rivadavia y haciéndola sufragánea de la Sede Metropolitana de Bahía Blanca. Asimismo, ha nombrado como su primer Obispo a Mons. Roberto Álvarez, hasta ahora Obispo auxiliar de Comodoro Rivadavia.

 

La Diócesis funcionará frente a la Parroquia de Rawson, pero la "Catedral" estará en la parroquia María Auxiliadora de Trelew.

Roberto Álvarez nació en la ciudad de Córdoba, el 5 de mayo de 1968; ordenado sacerdote en Córdoba, el 14 de diciembre de 1998; elegido obispo titular de Sozópoli y auxiliar de Comodoro Rivadavia, el 28 de noviembre de 2017 por el papa Francisco.

 

Promueve la alegría, la sonrisa, el humor. Así es en las misas, en el contacto con la gente. Desde hacer un poco de humor, a tratar temas complejos que duelen en la comunidad. Un gran contador de historias que dejan mensajes a los más jóvenes, además de chistes y frases que siempre arrancan una sonrisa.

 

Chobi, porque a él le gusta que lo llamen así, dijo a FM EL CHUBUT que seguirá siendo el "caminante", recorriendo la provincia, metiéndose en los barrios. Y admitió que 07:01, difundida la noticia en Roma y en Argentina, se contactó por mensaje con el gobernador electo, Ignacio Torres, quien le respondió.

 

Dijo que tiene buena relación con Torres, como con Juan Pablo Luque, o Ana Clara Romero. Es un obispo que promueve la discusión transversal, porque la sociedad presenta diversas problemáticas que están entrelazadas. Y busca llegar a todos, esperando además que en ese camino estén unidas "todas las iglesias: la católica, la Evangélica, etc".

 

"Tendremos que trabajar juntos y, si tuviéramos diferencias, con el pobre y el niño se agota toda diferencia".

Chobi es cordobés y no oculta su tonada. Siendo niño, un vecino le decía "chobeto" porque no le salía su nombre, y luego quedó el apodo como lo llaman en todos lados, con un perfil moderno, con la llegada a los más jóvenes a partir de las nuevas tecnologías, la música y el deporte. Y adelantó que dará un lugar preponderante a la mujer en la Diócesis.

 

"Soy traste inquieto, caminante. Me apasiona la noticia de Jesús, pero también que haya Justicia, buena educación, etc".

Recibió la ordenación episcopal en la catedral de Córdoba, el 22 de diciembre de 2017 por Monseñor Carlos José Ñánez, arzobispo de Córdoba (coconsagrantes, Monseñor Pedro Javier Torres y Monseñor Ricardo Orlando Seirutti, ambos obispos auxiliares de Córdoba).

 

En la Conferencia Episcopal Argentina es miembro de la Comisión episcopal de Catequesis Animación y Pastoral Bíblica y miembro de la Comisión episcopal de Cáritas. Es licenciado en Teología Bíblica (Universidad Católica Argentina).

 

Palabras del nuevo obispo Monseñor Roberto “Chobi” Álvarez tras ser ordenado Obispo Titular de Sozópoli de Emimonto y auxiliar de Comodoro Rivadavia en 2017.

Gracias por estar. Si estuviera solo, sólo me miraría y me acusaría mis inconsistencias, mis fragilidades, mis pecados. Sólo estando ustedes tiene algo de sentido. En la fe, el objetivo del ministerio y en la confianza en el Papa es donde asiento mi sí.

 

Estos días he pensado en 3 cosas. El Padre Rovai nos enseñaba que “todo ministerio nace del costado abierto de Jesús”. En la ordenación diaconal, el “Hora” (Horacio Álvarez), mi primo, el mejor cura del mundo, me regaló una estampita que decía que la palabra más elocuente y definitiva del Padre ha sido el silencio escandaloso de la cruz. Hace muchos años, rezando el texto del Getsemaní, encontré que algunos dicen que Marcos cuando arma ese relato lo hace en base al sacrificio de Isaac. Cuando Marcos escribe, en su contexto vital,  ha crecido mucho la figura de Isaac por sobre la de Abraham porque todo el mundo se pregunta  este pobre chico qué hizo cuando llegó el momento y su papá lo empezó a atar. ¿Qué pasó en el momento antes de que llegara el cuchillo y después el fuego? Abraham llevaba el fuego y el cuchillo e Isaac llevaba la leñita. Todos los judíos de la época se preguntan qué paso, y así nace una tradición que está en el Talmud que dice que Isaac cuando se dio cuenta, en vez de salir corriendo le dijo a Abraham “Átame bien papá”, el Aquedah de Isaac. “Átame bien papá no vaya a ser que por el instinto vital me defienda y el sacrificio no sea puro”.

 

Y yo realmente tengo que agradecer a mi familia, la Iglesia, porque a lo largo de los años de cura me ha ido atando para que yo no me defendiera porque sino hubiera salido rajando muchas veces. Cuando hago memoria digo, la Iglesia me ató en Villa del Dique a  entender que a veces la vida no se maneja entre blancos y negros sino con grises, y que hay gente, curas, que a veces hacen lo que pueden y sin embargo hacen presente al reino y a Jesús.

 

Me ató en Santa Mónica al discernimiento comunitario, sufrido, vivido, gozado y también sangrado.

 

Me ató en Río Ceballos a la experiencia de familia, de comunidades eclesiales de base, de trabajos con matrimonios. Me empezó a atar a la vida de fraternidad con otros curas, impensado antes,  y nos fuimos dando cuenta que no es sólo compartir una agenda, o  no chocarse en la tarea, y me ató a la lectio comunitaria, a la revisión de vida, a la corrección fraterna. Me fue atando a muchos curas en ese camino que en un momento de su vida decidieron, o se dieron cuenta, o no sé que pasó, que tenían que seguir a Jesús en otro camino.

 

Me ató en Cosquín a muchos dolores. Me ató a la violencia de género. Me ató a tantas mujeres violentadas, golpeadas. Me ató a los más pobres. Me ató a la desnutrición, me ató a la necesidad de estimulación temprana, a la educación. Me ató a la música nuestra.

 

Por eso yo digo recen para que nunca me desate, recen para que siempre me quede atado (y ahora que necesito estar más atado por los vientos de Comodoro), que me ate a esas cosas que Dios me vaya poniendo en el camino.

 

Por eso muchas gracias a esas Parroquias, al obispo que me mandó ahí y que me hizo estudiar. Yo se lo debo todo a la Iglesia diocesana.

 

Y por último, el texto que elegí, que es el último del evangelio de Marcos, no el canónico sino el redaccional, como Marcos lo quiso terminar y que tiene que ver con este grito “díganle que Él va primero a Galilea y allí lo verán” dado por mujeres. Las mujeres cuando superan el miedo le gritan la pascua a la Iglesia, a los varones, y yo en estos 19 años de cura me he sentido tan acompañado por la mujer y particularmente por la vida religiosa. Antes de terminar quería rezar un Ave maría pensando en ustedes, las religiosas que me han acompañado: las fundaciones cordobesas, las Teresas, las Esclavas, las Franciscanas, las Carmelitas, las de Sagrada Familia de Urgel, las Concepcionistas y así podría seguir porque me he sentido muy mimado siempre y siempre me han anunciado la Pascua. Por todo eso muchas gracias y ayúdenme y recen para que nunca me desate aunque eso signifique el sacrificio.

 

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