LA SOBERANÍA ESPACIAL

Tronador II: el proyecto de lanzador de satélites argentino

Se anunció una inversión de 9.730 millones de pesos para el desarrollo del primer prototipo del lanzador argentino de satélites Tronador, denominado TII-70.

por REDACCIÓN CHUBUT 05/10/2022 - 20.47.hs

El desarrollo del proyecto Tronador II permitirá que la Argentina complete el dominio de la tecnología espacial necesaria para poner en órbita satélites propios desde nuestro territorio, diseñados y fabricados en el país, y poder ofrecer este servicio a otros países de la región y del mundo. En la actualidad sólo 10 países dominan el ciclo espacial completo, esto significa tener la capacidad de fabricar satélites, sus lanzadores y contar con plataforma de lanzamiento propia.

 

Tener capacidad propia de lanzamiento de satélites permite llegar a la órbita específica que requieren las misiones nacionales, lograr una plena independencia en este sector y ejercer nuestra soberanía mediante el uso pacífico del espacio ultraterrestre. Además, la Argentina podrá ofrecer servicios de lanzamiento a otros países y así generar divisas mediante exportaciones de alto valor agregado.

 

Vehículos experimentales para ganar madurez

Kulichevsky informó que, para avanzar en el lanzador, de aquí a 2030 se realizarán ensayos con los vehículos denominados TII-70 y TII-150. “El principal objetivo es ir ganando experiencia y madurez en el desarrollo de algunos componentes, sobre todo en la propulsión, con vehículos de menor tamaño, con menos riesgo y costo, que nos permitan hacer varios vuelos hasta validar el motor y los subsistemas, hasta llegar al TII-250”, indicó. Además, simultáneamente se está trabajando en el desarrollo de la infraestructura asociada, como el banco de ensayos y la plataforma de lanzamiento en el Centro Espacial Manuel Belgrano (CEMB), entre otros aspectos.

 

 

 

Ambos prototipos, TII-70 y TII-150, servirán para poner a prueba los motores que llevará a bordo el lanzador Tronador II-250. Se trata de tecnología desarrollada y fabricada en el país, cuyo combustible es oxígeno líquido y kerosene.

 

Con 70 centímetros de diámetro, el TII-70 es el prototipo que servirá para probar el motor de la segunda etapa del lanzador Tronador II. En tanto, el TII-150, cuyo diámetro es 1,5 metros, permitirá poner a prueba el motor de primera etapa del lanzador TII-250.

 

El proyecto prevé lanzar el TII-70 a comienzos de 2026 desde el Centro Espacial Punta Indio (CEPI), en la plataforma ubicada en el paraje La Capetina, y se espera que realice un vuelo suborbital a 150 kilómetros de altura. En tanto, los lanzamientos del TII-150 y el TII-250 están previstos desde el Centro Espacial Manuel Belgrano (CEMB), en Bahía Blanca.

 

“El proyecto de tener un lanzador satelital y contribuir así al desarrollo de nuestra industria aeroespacial genera un efecto derrame en otras industrias, multiplica los puestos de trabajo calificados y agrega valor a nuestra economía. Hoy sólo diez países en el mundo tienen lanzadores propios. En Argentina tenemos un talento extraordinario y comprometido para que nos sumemos a ese selecto grupo de países”, explicó Marcos Actis, presidente de VENG.

 

Además, Actis, quien también es actual decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata, agrega: “Para llegar al TII-250 necesitamos construir y ensayar lanzadores previos para crecer en el dominio de la tecnología. Es lo que hacen otras empresas espaciales conocidas como SpaceX, en Estados Unidos, o Ariane, en Europa. Ningún país logra en el corto plazo el desarrollo de un lanzador satelital. Además, hay dos factores que Argentina requiere y que otros países como los anteriormente mencionados sí tienen: crecer en infraestructura espacial y tener un presupuesto estable en el tiempo, que no dependa de una gestión de Gobierno. Para cumplir este objetivo es necesario que esto sea una política que se sostenga a lo largo del tiempo”.

 

Más soberanía y trabajo argentino

La firma VENG, que es una empresa de servicios y desarrollos tecnológicos de alto valor agregado, está constituida como sociedad anónima con participación estatal mayoritaria a través de la CONAE. Se especializa en la actividad espacial, en la que cuenta con más de 15 años de experiencia, y tiene una nómina actual de 470 trabajadores y trabajadoras.

 

Además de incluir a la empresa VENG como principal contratista, el desarrollo del lanzador Tronador II involucra el trabajo de más de 50 empresas nacionales e instituciones públicas del sistema nacional de ciencia y tecnología argentino.

 

El proyecto se realiza en los centros espaciales de la CONAE, una parte en el CETT, en Falda del Cañete, Córdoba, donde se llevan a cabo la fabricación, la integración y los ensayos de sistema de propulsión del lanzador, y otra parte en el Centro Espacial Punta Indio (CEPI), en la provincia de Buenos Aires, donde se avanza en la fabricación e integración del fuselaje. La infraestructura requerida para los servicios de lanzamiento estará emplazada en el CEMB, en Bahía Blanca.

 

Además, la labor se extiende a otras localidades del país, mediante la participación de instituciones públicas como la Universidad Nacional de la Plata (UNLP) y la Universidad Nacional de Mar del Plata, y pymes de base tecnológica, como la empresa Valthe, instalada en Justiniano Pose, Córdoba.

 

La CONAE también dispone de la red de estaciones terrenas requeridas para el seguimiento, monitoreo y control de los lanzadores Tronador II, mediante la Estación Terrena Córdoba ubicada en el CETT, la Estación Terrena Tierra del Fuego ubicada en cercanías de Tolhuin, y la futura Estación Terrena Belgrano II en la Antártida Argentina.-

 

 

 

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