Europa no explota uranio europeo II
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Finlandia en la mina Sotkamo recientemente empezó a recuperar uranio. No es una mina exclusiva, el uranio surge como subproducto de la producción de otros metales como níquel y zinc. El permiso ambiental y nuclear concedido, tras evaluaciones de seguridad, ha despertado resistencia ciudadana.
En febrero de 2020, el gobierno finlandés le otorgó a Terrafame, empresa de propiedad estatal, una licencia bajo la Ley de Energía Nuclear para la recuperación de uranio del mineral de la mina de Sotkamo.
Recién el 18 de junio de 2024, la empresa Terrafame comenzó oficialmente la recuperación de uranio natural que está extrayendo como subproducto de la extracción de otros minerales como níquel y zinc.
Se planea que para 2026 la planta de recuperación de uranio opere a plena capacidad, produciendo unas 200 toneladas anuales. Este uranio se exportará para su ulterior procesamiento y uso en energía nuclear.
Así Finlandia se convirtió en el único miembro de la Unión Europea que actualmente produce uranio.
Aunque hay permiso para recuperar uranio y refinarlo en yellowcake, no se trata de una mina cuyo producto principal sea “uranio puro”. La mina seguirá produciendo otros minerales (níquel, zinc, etc.), y el uranio será una parte del negocio.
Resistencia
Ha habido manifestaciones, resistencia social y denuncias respecto de la explotación de minas de uranio por motivos ambientales, de salud y de derechos de comunidades locales de indígenas.
Desde unos años atrás hay preocupación de organizaciones ambientales y comunidades locales por los posibles impactos de estas operaciones, especialmente el manejo de residuos, vertidos al agua, riesgos radiológicos potenciales, contaminación de arroyos, lagos, etc.
En 2012 hubo una importante fuga de aguas residuales de la mina Talvivaara, que contenía níquel, zinc, uranio y otros metales. Esto causó contaminación de cuerpo de aguas cercanos. Pobladores, organizaciones ecologistas y algunos políticos protestaron, exigiendo cierre de la mina o medidas estrictas de mitigación.
También hubo una campaña “Stop the Talvivaara Uranium Mine” dirigida por grupos ciudadanos y ambientalistas que pedían revocar permisos ambientales.
También el movimiento indígena Sámi en Enontekiö, protestó contra permisos de exploración minera en áreas que consideran esenciales para la pastura del reno, para la cultura Sámi, y protegidas por redes naturales como Natura 2000.
Organizaciones como la Finnish Association for Nature Conservation (FANC) han presentado reclamaciones legales, pidiendo que se anulen permisos bajo leyes nucleares o ambientales.
Se han organizado también campamentos de acción y acciones de desobediencia civil en torno a minas que amenazan los ecosistemas hídricos o territorios culturales.
FANC ha protestado contra el permiso a Terrafame exigiendo que se reduzcan las emisiones y que se paralicen las operaciones hasta que los impactos ambientales estén bien controlados.
El Movimiento indígena ambiental sami “Ei kaivoksia Suomen Käsivarteen” (No minas en Käsivarsi) se opone a la prospección de minerales, incluido el uranio en el área de Enontekiö, dentro de la región de Lapland.
Hay varios movimientos, acciones legales, resistencia indígena, y decisiones gubernamentales que indican tensión, desacuerdo y potencial para protestas.
Actualmente hay críticos importantes del plan de Terrafame para recuperar uranio que opinan que Finlandia aún no tiene garantizado que Terrafame pueda hacerlo de forma ambientalmente responsable, socialmente justa, etc. También hay opiniones de vecinos (“naapureille”) que critican que la minería contamina los ambientes acuáticos, y que el método de recuperación de uranio con biolución (biokasaliuotus) use químicos que preocupan. Hay resistencia ciudadana, aunque no manifestaciones físicas.
El único país que recientemente inició explotación de uranio sufre notable resistencia de la población.
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