Chris Pratt explicó por qué pidió estar "confinado" en una silla en su nueva película Mercy

Chris Pratt y Rebecca Ferguson protagonizan Mercy, la película que se estrenará el 23 de enero, donde en "un futuro cercano, un detective es juzgado acusado del asesinato de su esposa. Tiene 90 minutos para demostrar su inocencia ante la jueza de inteligencia artificial (Rebecca Ferguson), a la que una vez defendió, antes de que esta determine su destino.

En su rol de detective acusado, Chris Pratt tiene que verse atado a una silla y él decidió que las escenas fueran reales en tiempo y forma. El actor, de 46 años, explicó por qué quiso que así fuera.

Ambientada en un futuro cercano, la película se centra en un sistema de justicia impulsado por jueces de inteligencia artificial que utilizan todo, desde cámaras de timbre hasta publicaciones en Facebook y mensajes de texto, para reconstruir la culpabilidad o inocencia de una persona.

El personaje está atado a una silla futurista durante su juicio de 90 minutos, y Pratt dijo en la Comic Con de Nueva York, que "les pedí que me encerraran, para no tener que fingir que estaba atado. Entonces me esposaron a esta silla por los pies y las manos. Y durante parte del tiempo con la cabeza al final, cuando estaba a punto de... bueno, ¡no quiero arruinar la película!, pero estaba atado a esta cosa".

El actor recordó que: "Hay un cierto nivel de claustrofobia que uno siente naturalmente cuando está atado a algo, y eso fue útil, de hecho. Dijeron: 'Bueno, si quieres salir, simplemente haz esto'", recordó Pratt. "O sea, no quiero salir. Quiero que me encierren para que no pueda salir. Eso me ayudaría a dar esta actuación, estando completamente atrapado aquí".