Industria y Producción

Una empresa británica vende su generadora en Chubut y se va del país

La británica Rurelec decidió finalizar una larga incursión en la Argentina y vender su parte en la generadora Central Térmica Patagonia, propiedad de Energía del Sur. Por la mitad de una usina que tiene 138 Mw de potencia y es la más grande de esa región, recibirá apenas US$ 5 millones.

por REDACCIÓN CHUBUT 18/05/2023 - 08.10.hs

​Hacía tiempo que la empresa buscaba abandonar el país. Hace unos diez años había sufrido la expropiación de una generadora en Bolivia y el grupo había pasado a ser gestionado por una financiera a la que solo le quedaban los activos argentinos en el sector energético.

 

El comprador de la usina ubicada en Comodoro Rivadavia, Chubut, es un grupo ecléctico. Está liderado por Rolando González Bunster, un argentino afincado en República Dominicana, dueño del holding Interenergy, valuado en US$ 1.500 millones, que ya tenía 50% de Energía del Sur.

A él se suma ahora la firma Verafont, de un grupo liderado por el venezolano Miguel Mendoza, un ex Ashmore y fugaz exdueño de las eléctricas Eden y Edes. Y también Esteban Reynal, empresario argentino que supo ser propietario del diario La Prensa a principios de los 90. 

 

​”No es buen negocio”, dice Benjamín Reynal, hijo de Esteban y actual CEO de Energía del Sur (EdS). Y sobre los británicos comenta que “no aportaban nada. Siempre necesitaban plata porque estaban quebrados”.

La debacle de la central térmica comenzó hace dos años. Hasta ese momento, tenían un contrato que les fijaba un valor en dólares de la energía que vendían. “Pero ese contrato se terminó y nuestra facturación cayó 70%“, explica. De ahí el precio “bajo” de la venta: “Es lo mismo que cuesta cambiar un rotor”, compara Reynal, que además de empresario es bombero voluntario en Bariloche, donde vive, y escritor.

 

Pese a la baja de ingresos, el ejecutivo dice que la central está mantenida y que es indispensable en el área de Comodoro Rivadavia, aunque en los últimos años surgieron varios parques eólicos que, como EdS antes, tienen contratos en dólares. “Nosotros hoy recibimos el equivalente a US$ 10 por mega, mientras que algunos parques eólicos llegan a US$ 120”, señala.

 

Reynal cuenta que Cammesa le paga igual a todos los generadores en todo el país, pero que EdS tiene, por ejemplo, mayores costos laborales por la zona. Y que los aumentos de tarifas planeados para este año no alcanzan.

 

Para convencer a sus accionistas de que la mejor alternativa es vender, Rurelec les informó que vienen tiempos difíciles para Energía del Sur y que la empresa deberá mantener su liquidez, por lo cual no repartirá dividendos.

 

Entre los contratiempos que enfrentará la firma argentina, Rurelec detalla que es probable que los pagos que adeuda Cammesa, la administradora del servicio eléctrico nacional, se sigan retrasando. Además de que se le podría complicar conseguir fondos para el mantenimiento.

 

A nivel macro, advierten de la crisis persistente, la brecha cambiaria y una eventual baja de la actividad que podría reducir la demanda eléctrica.

 

“La incertidumbre política hace difícil o imposible predecir qué posición tomará el futuro gobierno sobre el aumento de las tarifas”, dicen los ingleses.

 

Pero, los compradores argentinos justamente están esperando el cambio de Presidente. “La apuesta es a otro gobierno“, admite Reynal.

 

Éxodo de empresas internacionales

La salida de Rurelec es diferente a la de otras grandes multinacionales porque es una compañía que está abandonando ella misma el negocio a nivel mundial.

 

Pero hubo otros casos recientes en los que firmas globales decidieron sacar a la Argentina de sus balances, ya sea directamente con la venta o cierre de su actividad local, o dejando su marca en manos de un distribuidor.

 

En el primer caso, se destaca, por ejemplo, el banco de inversión Lazard, que cerrará sus oficinas en Argentina, Chile, Colombia y Panamá. O el gigante lácteo Lactalis, que decidió cerrar todo en Argentina y apostar por ahora a Brasil.

 

También están quienes venden, como Walmart, que le cedió su negocio al grupo De Narváez, o la italiana Enel que ya se desprendió de sus centrales eléctricas Costanera y Dock Sud y busca comprador para Edesur.

Y, finalmente, hay un tercer grupo que dejó sus marcas en manos de terceros, como Nike, Asics, Edding o Shell.

 

NE

 

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