Abuela Rudecinda de 104 años conoció a su sobrina y se encontraron en Paso de Indios
La abuela Rudecinda Valdés, que vive en Paso de Indios y tiene 104 años de edad, conoció a su sobrina María del Carmen Sosa, oriunda de Viedma, hija de la hermana menor de Rudecinda, Nélida Valdés, de 89 años de edad. María del Carmen llegó junto a su esposo al pueblo de la Meseta y se vivió un momento de emoción, alegría y recuerdos.
por REDACCIÓN CHUBUT 23/01/2024 - 13.26.hs
María del Carmen llegó a Paso de Indios junto a su esposo, para conocer a su tía Rudecinda, hermana de su madre, Nélida Valdés, que tiene 89 años y está radicada en Viedma. Es la menor de las hermanas de Rudecinda.
Nélida, su madre, "se fue de la casa paterna siendo muy chiquita, con tan sólo 10 o 12 años, a trabajar con una familia cama adentro. De a poco y gracias a que su esposo era trabajador del Correo Argentino fue sabiendo acerca del paradero de los demás hermanos: Sara, Clofia, Patricio, Emilia, José y Rudecinda", contó María del Carmen a Suplemento "Meseta & Pueblos" de diario EL CHUBUT. A su tía Rudecinda "le decían China".
Santiago Valdés y Margarita Ñancurupay, los padres de Rudecinda y abuelos de María del Carmen, descansan juntos en el cementerio de Jacobacci luego de varias gestiones que realizó Nélida para que esto fuera posible.
"Mi madre, después que se fue a trabajar cama adentro, nunca más los volvió a ver con vida a sus padres", contó María del Carmen, aportando con sus recuerdos lo que le ha contado su progenitora. En Paso de Indios pudo conocer y abrazar a Rudecinda, quien vive junto a su hija Nilda. La cuidadora de la abuela Rudecinda es Graciela Calfú, testigo por estas horas de este emocionante encuentro.
"Estoy muy agradecida con mi prima Nilda y con la calidez de la gente de Paso de Indios que me hacen sentir como en mi casa", dijo, señalando que se van a quedar por varios días más; está muy feliz de ver a su tía Rudecinda "muy bien de salud, ella no ve, y a pesar de escuchar con dificultad me está contando anécdotas, hace chistes y se mueve con total independencia".
Entre las historias contadas de tía a sobrina están "cuando las hermanas se escapaban a buscar piches por el campo y luego cuando volvían la madre las regañaba".
Por estas horas hay muchas emociones, porque se vuelven a recordar vivencias, etapas tristes, tiempos de alegría, lo que han vivido estas mujeres en la zona de la Meseta de Somuncurá, salieron a trabajar cuando aún eran niñas y, como contaba María del Carmen, "mi mamá nunca más volvió a ver a sus padres". También los vecinos de Rudecinda celebran este encuentro, ya que la abuela es muy querida en el pueblo y María del Carmen aprovecha a pasear por Paso de Indios.
(Agradecemos a Marcia Sastre por compartir con este medio esta historia).
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