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ATACAR UNA PLANTA NUCLEAR ES SUICIDA

     En los primeros días de agosto, bombardeos rusos dañaron por segunda vez, la planta de Zaporizhzhia, en Ucrania, la central de energía nuclear más grande de Europa.

 

     Energoatom, la empresa estatal de energía nuclear de Ucrania y operadora de la planta, dijo que los bombardeos rusos, en los que un trabajador resultó herido, dañaron tres monitores de radiación alrededor de la instalación de almacenamiento de los combustibles gastados, agregando que el riesgo de un desastre mayúsculo es real.

 

      El Secretario General de las Naciones Unidas Antonio Guterrez, condenó el inconsciente ataque. 

 

      El titular de la ONU advierte que a pesar de los esfuerzos por un desarme nuclear estamos retrocediendo. La agencia de la ONU que vela por el buen uso de la energía atómica alerta del riesgo que implican los recientes bombardeos rusos que dañaron la planta nuclear en Ucrania enfatiza que se necesitan nuevas medidas para proteger la planta.

 

      “Cualquier ataque a plantas nucleares es suicida”, dijo António Guterres, y agregó que espera que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) pueda acceder a las instalaciones para su inspección. El organismo de control nuclear de la ONU ha pedido el fin inmediato de cualquier acción militar cerca de la planta nuclear de Zaporizhzhia, en Ucrania, pues hay un "riesgo muy real de un desastre nuclear".

 

       El jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Mariano Grossi, dijo que estaba "extremadamente preocupado" por los reportes de bombardeos en la central.

 

       Ucrania, como es natural, tiene suscripto un convenio con el organismo internacional que regula la actividad nuclear pacífica, que le permite realizar inspecciones periódicas de instalaciones, sin embargo, Rusia niega el acceso de los especialistas para dichas inspecciones rutinarias, aduciendo que Rusia no ha firmado el convenio aludido y que ahora la planta es rusa. Si bien la central está bajo control ruso desde los primeros días de la guerra, los técnicos ucranianos todavía la están operando.  

 

       Por otro lado, el jefe ruso de la administración local, Yevgueni Balitski, adjudicando el asalto a las fuerzas ucranianas, declaró su deseo de que fuera al lugar “el jefe del OIEA y viera quién es en realidad el protector del reactor nuclear y quien lo ataca con drones.

 

En la imagen la central de Zaporizhzhia, ocupada por el ejército ruso.

 

       El ataque a la planta aumenta la tensión entre los estados beligerantes. Moscú llegó a adjudicar a la suerte la no ocurrencia de un accidente de radiación. Por su parte el presidente Zelenski culpó a su contraparte y los acusó de cometer "un acto de terror"; fue “un crimen abierto y descarado”, condenó.

 

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