“Quemar las naves” de Angela Carter. La escritora que reinventó los cuentos de hadas
Por Marcelo Melideo
Angela Carter (1940–1992) fue una de las autoras más provocadoras y originales de la literatura inglesa del siglo XX. Nacida en Eastbourne y formada en la Universidad de Bristol, trabajó como periodista y crítica antes de dedicarse por completo a la ficción. Su escritura, de una imaginación desbordante y una inteligencia crítica aguda, combina lo gótico, lo erótico y lo político para poner en cuestión los mitos que modelan la identidad femenina y las relaciones de poder y la búsqueda de la identidad.
Uno de los aportes más influyentes de Carter fue su relectura de los cuentos tradicionales desde una perspectiva feminista y contemporánea. En el volumen de relatos La cámara sangrienta (1979), la autora transforma historias clásicas como Caperucita Roja, Barba Azul, La Bella y la Bestia y El Gato con Botas, en narraciones donde las mujeres dejan de ser víctimas o trofeos para convertirse en protagonistas activas, deseantes, dueñas de su destino y protagonistas de la historia.
Carter no solo subvierte los finales felices de la tradición, sino que revela la violencia, el deseo y el poder ocultos bajo la superficie moralizante de los cuentos de hadas. En su versión, el bosque deja de ser un espacio de amenaza para convertirse en un territorio de libertad y descubrimiento.
Entre sus libros más reconocidos se destacan Las pasiones de Nueva Eva (1977), una alegoría sobre la construcción del género; Noches en el circo (1984), que mezcla realismo mágico y teatro victoriano; y Sabios niños (1991), una sátira sobre la familia y la identidad. Todos sus relatos están reunidos en un único libro “Quemar las naves” (1995) entre los que se encuentra su libro de cuentos más conocido “La cámara sangrienta”.
Su prosa exuberante y simbólica, además de resignificar objetos y personajes está cargada de humor y sensualidad, influyó en generaciones posteriores de escritoras que exploraron la reinvención del mito y la crítica al patriarcado desde la ficción.
Angela Carter murió prematuramente a los 51 años, pero dejó una obra breve y fundamental. Su mirada desafiante sobre los arquetipos femeninos continúa inspirando lecturas, adaptaciones y estudios literarios. En su universo, los cuentos de hadas se abren como espejos distorsionados donde la fantasía revela las verdades más profundas de la sociedad.
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