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El espíritu navideño

Ese espíritu, al que hay que agregar todos los componentes que se festejan a fin de año, y también todos los deseos que de diferentes partes se expresan para dar a estas jornadas el marco de esperanza donde un mundo más feliz sea la respuesta a tantas muestras de amor. Pero el mundo es así y no todo sale también como lo deseamos y desde ya que no podemos apartarnos de los desequilibrios que afectan al ser humano y al mundo en general.

Es muy difícil poder evadirse de los problemas que aquejan al ser humano, donde pareciera que lo irracional es el mandante de gran parte de nuestras vidas. Guerras, hambre, tráficos de diferentes especies, desproporciones entre lo mucho y lo poco y al final las enormes diferencias entre el que mucho tiene y el que nada posee, día a día las hoy actualizadas noticias donde al instante el individuo se entera de todo lo que ocurren en el mundo, las actualizaciones demuestran las cosas buenas pero también las malas que en algún momento parecieran las más.
Pero el hombre esperanzado en esa figura que comenzó justamente un 24 de diciembre allá en Belén marcando el principio -y en nuestro caso como cristianos- de una nueva era donde los hombres miraran el futuro con esa esperanza de algo mejor, y aunque no todo salió como se pensaba, la gran mayoría sigue creyendo en ese mundo donde los hombres se encuentren para juntos caminar ese trayecto que los conduzca tras un futuro soñado.
Está bien que la realidad de la historia del mundo está plagada de altibajos, donde pareciera que el mal ha superado al bien, si analizamos nuestro derrotero y pensamos en las desigualdades, nos preguntaremos el porqué de ese desvío. Y   todo está en manos justamente del hombre que aún no ha encontrado la claridad del mensaje de paz y esperanza que ese acontecimiento nos marcó.
Este nuevo periodo de nuestras vidas nos encuentra afligidos por los acontecimientos que ensombrecen al mundo tras una pandemia que no da tregua y cuyas consecuencias son aún imprevisibles, ya que ha trastocado nuestra forma de vivir. Entonces nuestros deseos de una vida mejor acentuada como nunca por el espíritu navideño, nos llevará en el momento de recordar a nuestros seres queridos y a todos los que tanto bien hacen por acompañar este acontecimiento, levantando las copas para que las cosas mejoren de la mejor manera.
A todos: Felices Fiestas.

 

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