Satisfasciendo momentánea necesidad china

Como toda relación comercial, el acuerdo a suscribir con China beneficiará naturalmente a ambas partes, sin embargo, en algunos puntos las negociaciones están claramente dirigidas al interés chino.

China es el país consumidor de carne de cerdo más grande del mundo y también era el principal productor mundial. En agosto de 2018 aparecieron casos de un brote de peste porcina africana, para la cual no existen tratamientos ni vacunas. Se extendió durante el 2019 a todas las provincias y regiones. La peste, si bien inocua para los seres humanos, llegó a ser catastrófica, acabando con casi la mitad de sus 400 millones de ejemplares. Los infectados se sacrifican para prevenir la propagación, lo que termina confirmando la letalidad de la enfermedad.

 

A fines de junio de 2020, investigadores encontraron en cerdos chinos una nueva cepa de virus gripal con "potencial pandémico". Se trata de un virus que puede contagiarse de cerdos a humanos, y que ha generado un buen puñado de titulares alarmantes.

 

Que el virus haya sido detectado pronto es muy positivo, pues activar la situación de alerta de forma rápida, permite a los virólogos pasar a la acción y desarrollar nuevos test específicos para este virus gripal concreto. No hay pruebas de que este virus se pueda transmitir de humano a humano.

 

Las apariciones de nuevas formas de peste, es probablemente causada por vacunas ilícitas. Desde Reuters dicen es un nuevo golpe, antes de conseguir la recuperación de la devastadora epidemia del virus.

 

En julio del año pasado las autoridades afirmaron que la epidemia estaba "bajo control”, y en los siete primeros meses de 2020 se recuperaron 29,3 millones de cabezas en la piara nacional. Y el pasado mes de agosto, las autoridades informaron del progreso de los ensayos clínicos de una posible vacuna desarrollada por científicos chinos contra la peste porcina africana, que hasta entonces había sido probada en 3.000 animales con tasas de inmunización superiores al 80%. No obstante el problema continúa al día de hoy, y la posibilidad del acuerdo sigue en pie.

 

Más de mil millones de chinos consumidores de carne de puerco, alimento que representa el 70% de la proteína animal de la dieta del pueblo, se quedaron sin provisión. Esta situación obligó al gobierno a buscar solución en el exterior.

 

El acuerdo que la Argentina podría cerrar próximamente con China para impulsar el crecimiento del sector porcino y exportar al país asiático prevé inversiones, entre capitales chinos y argentinos, por casi US$ 3.800 millones durante los próximos cuatro años, apunta a incrementar en 882.000 toneladas la producción de carne y a generar exportaciones por US$ 2.500 millones. China ha manifestado el interés que Argentina establezca megagranjas de 100 mil madres o, por lo menos, una veintena de granjas de 10 mil, cuando hasta ahora las mayores del país alcanzan solo a 200 madres. Pasar a semejante volumen sería imposible para nuestros productores, tendrían esas granjas que ser encaradas por grandes corporaciones, dejando al margen a los pequeños productores, tanto de la exportación como del mercado interno.

 

A decir de Pedro Peretti, ex director de Relaciones Internacionales de la Federación Agraria: ”El acuerdo puede ser que le asegure la soberanía y la seguridad alimentaria a China, pero así concebido pone en peligro la nuestra, porque deja la oferta de carne porcina en manos de un oligopolio”, precisamente cuando se debate independizar los precios de nuestra producción de los internacionales.

 

La peste ha hecho que se disparen los precios de la carne de ese animal, y son varios los países interesados que pueden beneficiarse exportando, pero China es prudente y tiene muy presente su experiencia. Ante la aparición de un solo ejemplar de jabalí infectado en Alemania, no solo prohibió la importación de carne desde ese país, sino que exigió que todos los envíos de carne y productos porcinos o de jabalí que ya se han embarcado para la exportación sean destruidos o retornados a Alemania. Todas las entregas enviadas anteriormente serán investigadas exhaustivamente. España otro proveedor también sufre la peste. Además de China, también Corea del Sur, Japón, Singapur, Argentina y Brasil prohibieron la importación de carne porcina de alemana.

 

Ha pasado tiempo y las megagranjas argentinas aún no están. China mientras, intenta recuperar su producción. Aunque periódicamente aparecen nuevas cepas de la misma peste, dado el carácter del pueblo chino podemos suponer que, tarde o temprano, su empeño logrará el objetivo, entonces el acuerdo dejará a nuestro país atado a un negocio circunstancial, que solo satisfaría las momentáneas necesidades chinas, las que paulatinamente irán desapareciendo. Y ¿qué pasaría si además, se manifestara desgraciadamente la peste también en nuestro país?

 

Queda claro que en este punto el acuerdo así previsto contempla más el interés de China que el de Argentina

 

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