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¿Qué nos pasa?

  Pareciera que nos están robando la esperanza. La esperanza de un mundo mejor, donde las buenas obras y conductas sean la meta del individuo.

  Pareciera que nos están robando la esperanza. La esperanza de un mundo mejor, donde las buenas obras y conductas sean la meta del individuo. Viendo los acontecimientos del mundo y en especial las de nuestro país, pareciera que ya nada asombra y que la «achatadura» es la meta. No se puede entender en nuestro caso, que tantos años después de ser el mejor país de América luego de los Estados Unidos y la esperanza de una Argentina grande para el resto del mundo, estemos hoy a la deriva como barco sin timón. ¿Qué nos pasó? Nuestros pro-hombres que debieron encausar un futuro de grandeza, nos han llevado al fracaso de ser el último vagón de cola, y aún en la actualidad continuamos un derrotero incierto.

 


 No se puede seguir adelante con una gran parte de la población sin trabajar, con una pobreza -destacada en estos días- que ronda en la mitad de los habitantes, con un porcentaje increíble de planes, cuyo dinero debería ser utilizado en crear fuentes de trabajo, para que los que perciben ese beneficio no tengan que mendigar del poder que al final los tiene cautivos.

 


  Pero los problemas se multiplican en diferentes áreas. Trabajo, educación, sanidad, hecatombe económica, etc., etc. y sin un horizonte donde podamos ver la claridad, ya que no existen planes de ordenar tanto desastre, y que no se vislumbra algo que nos haga pensar que iremos mejorando. Para colmo de males la dirigencia solo piensa en ellos. Organismos inútiles que solo sirven para albergar amigos con jugosos sueldos, mientras el resto que se las arregle. Ya es necesario un giro total a la estructura administrativa-política que achique el Estado y los gastos. Dirigentes que trabajen gratis para el país, para tratar de engrandecerlo. Utopía que le dicen. Despotricamos de algunos gobiernos pero en ese periodo se hicieron grandes obras que se necesitaban y con el solo hecho de ahorrar en el funcionamiento de entes improductivos, que solo sirven para peleas internas y ver quien puede llevarse más de las arcas del Estado en presupuestos que bien podrían dedicarse a engrandecer el País. Esto parece la preocupación de un individuo fuera de la realidad, esa que nos toca vivir cada día, pero no es ni más ni menos que el pensamiento de miles de ciudadanos que ven frustrar sus esperanzas de una vida mejor, dentro de una estructura como la gente pero, que como decía un famoso cantante: «Nos hicieron pelota».

 


   Los sufridos argentinos que vimos forjar un país con la ayuda de aquellos antepasados que vinieron a crear la grandeza de un futuro mejor, hoy vemos como esa esperanza se nos hace trizas y que no se vislumbra en el horizonte una mejoría. Volverán las elecciones y los mismos problemas y los mismos actores seguirán solicitando el voto a un pueblo al que no se le enseñó que es lo mejor para su futuro, fuera de vivir de «arriba» sin el mayor esfuerzo. Pero así es la mala política y los malos políticos. Pobre de nosotros.

 


 

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