Carta del Lector

El pueblo francés reniega de las explotaciones de minerales radiactivos III

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Conscientes de las nefastas consecuencias de la minería del uranio, los franceses, con muy buen criterio, se oponen a las exploraciones y, mucho más, a las explotaciones de ese mineral en su territorio, pero indirectamente están promoviendo la contaminación de territorios de otros países. Actualmente, Francia es el primer productor de energía atómica de la Unión Europea y, por tanto, es uno de los países del planeta más dependientes del uranio, tiene que alimentar sus 58 reactores operativos generadores de electricidad, sin contar los otros con   distintas finalidades.

La ironía es que Francia decidió encarar la producción de electricidad en base a los reactores atómicos para independizarse de los combustibles fósiles importados. Ahora depende del uranio importado.

 

Una empresa presentó tres solicitudes de permisos de exploración de minerales, inmediatamente aparecieron movilizaciones sin precedentes. La población francesa está ampliamente advertida por experiencias, que estas explotaciones, inclusos las exploraciones, son contaminantes. Saben que los peligros comienzan con la exploración.

 

El proyecto se centra en unas cuarenta sustancias minerales, algunas de ellas estratégicas para la transición energética y el desarrollo tecnológico: antimonio, plata, bismuto, cobalto, cobre, estaño, germanio, indio, litio, molibdeno, niobio, oro, tantalio, tungsteno, platino, plomo, zinc, tierras raras y sustancias afines, sustancia que en casi todos los casos en esta zona viene impregnadas de gas radiactivo radón.

 

Si bien ninguno de esos elementos es naturalmente radiactivo, el bismuto-209, el indio 115 y el tantalio 180 tienen algo de radiactividad teórica, muy por debajo del uranio

 

Aunque estos elementos no sean radiactivos por sí mismos, algunos pueden estar contaminados, ya que se encuentran en zona uranífera.

 

Varios de estos elementos presentan toxicidad comprobada, como el antimonio y el plomo.

 

La exploración minera solo puede llevarse a cabo con el consentimiento del propietario del terreno. Si bien el código de minería prevé un procedimiento alternativo en caso de denegación (servidumbres), este procedimiento implica necesariamente una compensación para el propietario.

 

Las asociaciones ambientalistas se valen de esta herramienta legal para bloquear proyectos, animando a propietarios a denegar el acceso a sus tierras, tal como lo permite la ley. La asociación ha creado un formulario para registrar las parcelas donde se deniegan las operaciones mineras.

 

Mina de uranio abandonada en Francia

Desde que se dieron a conocer estos proyectos, la movilización ciudadana se ha estructurado rápidamente.

 

Los profesionales sanitarios también se están movilizando. La Comunidad Profesional de Salud Territorial (CPTS) del Pays de Redon ha publicado un comunicado de prensa advirtiendo sobre los riesgos para la salud, en particular para la salud cardiorrespiratoria y los efectos de la contaminación del suelo y el agua.

 

El objetivo declarado de las manifestaciones es claro: que las decisiones se tomen con pleno conocimiento de los riesgos para la salud y el medio ambiente, en lugar de gestionar desastres evitables.

 

En una región donde la agricultura, la silvicultura y la calidad de vida son activos fundamentales, la pregunta que se plantea es simple pero fundamental: ¿es este desarrollo minero compatible con la preservación sostenible del territorio?

 

La movilización ciudadana e institucional en torno a estos temas demuestra una creciente concienciación: las decisiones que se tomen hoy determinarán el futuro de la región para las generaciones venideras.

 

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