Puerto Madryn

Detrás de las palabras

Elida Fernández Puerto Madryn

por REDACCIÓN CHUBUT 09/09/2019 - 00.00.hs

Los semáforos que no vemos: la mañana me descubrió allí, al volante y parada en la esquina, hipnotizada por ese rojo que no me dejaba avanzar  y estaba tan apurada!!... pero no había con qué darle, ahí parado y mirándome, en realidad  mirándonos  y dirigiéndonos a guiños como si fuera un monarca del apuro y la paciencia…mirándonos con ese don de mando y decidiendo si seguíamos o esperábamos, sí… y nosotros  en fila, unos detrás de otros, aferrados al volante de nuestras conciencias, en ese mismo momento no alcanzaban las vestiduras, nos mostrábamos  al desnudo, con lo mejor y lo peor de nosotros mismos, tanto trabajo que nos daba tenerlo allí todo a media voz   y él en un santiamén nos dejaba al descubierto!

 

Era como un sello, el ícono de las esquinas que  nos mostraba su autoridad y de paso nos enseñaba que en este mundo precipitado saber esperar era la mejor manera de llegar a todos los  encuentros. Ah!  Siempre y cuando fuéramos   con el cinturón puesto…mientras divagaba esperando el cambio me puse a buscar  algo en la radio…
NO había duda que tenían una  presencia especial, contra ellos nadie podía ir, y en eso que mi mente iba y venía con el dial, descubrí otro significado de esta señal, uno de los nuevos tiempos;  ni bien se anunció el rojo,  el pibe se paró en el medio de la calle, y dibujó un apenas tiempo de fuegos y malabares…  Su mirada y la mía se cruzaron un instante, la espera nos unía… Había otros como yo por allí, algunos ojos  se buscaban entre sí,   otros  miraban para adentro, o se evitaban, en ese momento se me ocurrió preguntarme cuál sería el precio de las ilusiones que sorprendían por las esquinas… ¿cuáles serían las monedas que pagaban cada espera? Me hubiera  gustado tener una cámara para fotografiar esas caras, los gestos vendían más, mucho más que todos los avatares de los pibes que allí, parados, intentaban detener el tiempo…y en eso la voz del polaco Goyeneche asomó como un sol desde la radio…Chiquilín/ dame un ramo de vos /así salgo a vender/ mis vergüenzas en flor/… baleame con tres rosas que duelan a cuenta /del hambre que no te entendí/Chiquilín…  y allí envuelta en música y palabras apareció el verde… al fin!! Podía seguir, pero mi pensamiento quedó pegado a estos otros semáforos…siempre rojos, rojo escarlata, rojo peligro… rojo incómodo de vergüenza, rojo alerta!! Que habría más allá del rojo?…sería  por eso que  los eludíamos? Claro,  mejor ni verlos, si no los  vemos   en  una de esas  no existen…
Un poco más lejos el espejo retrovisor me devolvió su imagen, allí estaban todavía, desdibujándose como náufragos, navegando azarosas bocacalles de crueldad… rojo plus de las esquinas…
 

 

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