Puerto Madryn recuperó el pulso pesquero con la reactivación de la pesca de langostino
El arranque de la temporada de langostino en aguas nacionales trajo un cambio drástico en el movimiento portuario de Puerto Madryn. Tras cuatro meses de conflicto y muelles vacíos, la normalización de la actividad permitió que la ciudad se convierta en el principal punto de descarga de la Patagonia, con 4.650 toneladas desembarcadas solo durante agosto, cifra que la ubica muy por encima del resto de los puertos de la región.
por REDACCIÓN CHUBUT 16/08/2025 - 21.16.hs
La reactivación comenzó a sentirse en menos de dos semanas desde la apertura de la zafra. Hoy la flota opera en cuatro subáreas habilitadas (4, 8, 12 y 14), aunque la mayor concentración de barcos se da en la Subárea 8, frente a las costas de Chubut. Desde allí, los buques realizan una rotación constante: descargan en los muelles y, en cuestión de horas, vuelven al mar en busca de nuevas capturas.
El Golfo Nuevo es testigo de esa dinámica. Los sitios 4, 5 y 6 del muelle Almirante Storni trabajan a pleno recibiendo congeladores y fresqueros de altura, mientras que la demanda de espacio llevó también a que el muelle Comandante Luis Piedra Buena sea utilizado para las descargas de langostino. En la ciudad se siente y la postal es de un puerto en plena actividad, con grúas en movimiento y camiones cargando pescado hacia las plantas de procesamiento.
Si bien Puerto Madryn lidera la operatoria, otros puertos patagónicos también muestran cifras positivas en los primeros días de agosto. Rawson registró descargas por 1.301 toneladas, Camarones sumó 485 toneladas, y Comodoro Rivadavia alcanzó 293 toneladas. Más al sur, entre Caleta Olivia y Puerto Deseado, los desembarques totalizaron 1.610 toneladas, lo que refleja un repunte sostenido a lo largo de la costa.
La distribución de la flota en distintos puntos de la Patagonia, producto de la habilitación simultánea de varias subáreas, evita la saturación en un único puerto y permite que los beneficios de la temporada se extiendan a diferentes comunidades. Cada embarcación que amarra no solo activa el trabajo de estibadores y transportistas, sino también de talleres, comercios y proveedores que dependen de la rueda pesquera.
La reactivación era esperada. Durante los meses de conflicto, la inactividad golpeó a toda la cadena productiva y al comercio local. Hoy, con la temporada en marcha, el desafío pasa por sostener el flujo de capturas y garantizar que la recuperación no sea solo un alivio momentáneo, sino el inicio de un ciclo estable para lo que resta de la temporada.
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