Einstein, el frío, la oscuridad y el mal
por REDACCIÓN CHUBUT 31/12/2012 - 02.55.hs
Lo cierto es que dentro de esa revista de la década del 50, para ser más preciso titulada Argentina Austral, de muy buena impresión, encontré un recorte de diario del año 1943 con su papel amarillento y reseco por los años, pero de impecable y legible tipografía, que pude con mucho agrado mirar, y al finalizar la lectura, recordé a un periodista de nuestra zona que cuando tiene como nota algo interesante, suele expresar: «Esto es jugoso, no tiene desperdicio»; y creo que lo que encontré cabe dentro de ese concepto. Por ello, solicito al señor Director de ese diario transcriba la discusión de un profesor y uno de sus alumnos, y seguramente quien lo lea disfrutará del elevado coeficiente mental de un joven brillante que más tarde asombró al mundo.
El profesor universitario, ateo, desafió a sus alumnos con esta pregunta:
-¿Dios creó todo lo que existe?
Un estudiante contesto valiente: -Sí, lo hizo.
-¿Dios creo todo?:
-Sí señor, respondió el joven.
-El profesor contestó: -»Si Dios creo todo, entonces Dios hizo al mal, pues el mal existe y bajo el precepto de que nuestras obras son un reflejo de nosotros mismos, entonces Dios es malo». El estudiante se quedó callado ante tal repuesta y el profesor, feliz, se jactaba de haber probado una vez más que la fe cristiana era un mito.
Otro estudiante levantó su mano y dijo:
-¿Puedo hacer una pregunta, profesor?
-Por supuesto, respondió el profesor. El joven se puso de pie y pregunto:
-¿Profesor, existe el frío?
-¿Qué pregunta es ésa? Por supuesto que existe, ¿acaso usted no ha tenido frío? El muchacho respondió:
-De hecho, señor, el frío no existe. Según las leyes de la Física, lo que consideramos frío, en realidad es ausencia de calor. Todo cuerpo u objeto es susceptible de estudio cuando tiene o transmite energía, el calor es lo que hace que dicho cuerpo tenga o transmita energía. El cero absoluto es la ausencia total y absoluta de calor, todos los cuerpos se vuelven inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe. Hemos creado ese término para describir cómo nos sentimos si no tenemos calor.
Y, ¿existe la oscuridad? continuó el estudiante.
-El profesor respondió: Por supuesto.
-El estudiante contestó:
-Nuevamente se equivoca, señor, la oscuridad tampoco existe. La oscuridad es en realidad ausencia de la luz. La luz se puede estudiar, la oscuridad no, incluso existe el prisma de Nichols para descomponer la luz blanca en los varios colores en que está compuesta, con sus diferentes longitudes de onda. La oscuridad no. Un simple rayo de luz rasga las tinieblas e ilumina la superficie donde termina el haz de luz.
-¿Cómo puede saber cuán oscuro está un espacio determinado?
-Con base en la cantidad de luz presente en ese espacio, ¿no es así?
-Oscuridad es un término que el hombre ha desarrollado para describir lo que sucede cuando no hay luz presente.
Finalmente, el joven preguntó al profesor:
-Señor, ¿existe el mal?
El profesor respondió:
-Por supuesto que existe, como lo mencioné al principio, vemos violaciones, crímenes y violencia en todo el mundo, esas cosas son del mal.
A lo que el estudiante respondió:
-El mal no existe señor, o al menos no existe por sí mismo.
El mal es simplemente la ausencia de Dios en el corazón del hombre, es, al igual que los casos anteriores, un término que el hombre ha creado para describir esa ausencia de Dios.
Dios no creó el mal. No es como la fe o el amor, que existen como existe el calor y la luz. El mal es el resultado de que la humanidad no tenga a Dios presente en sus corazones. Es como resulta el frío cuando no hay calor, o la oscuridad cuando no hay luz.
Entonces el profesor, después de asentir con la cabeza, se quedo callado...
El joven alumno se llamaba Albert Einstein.
Si el que ha guardado este recorte de diario, es quien pienso, seguramente luego de leerlo, habrá expresado con su mejor acento castizo: ¡Joder con el alumno!
Julián Gallardo.
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