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Asombrosa inconsciencia de la humanidad (XXI)

Mientras el Secretario General de las Naciones Unidas destaca por enésima vez que la dormida humanidad avanza como un sonámbulo hacia la catástrofe climática, Rusia, en lugar de dedicar todas sus energías y recursos en defensa del planeta, haciendo gala de una extrema inconsciencia, inicia una guerra total contra un país vecino y hermano con endebles y discutibles razones.

      Esa guerra, la pandemia, y la falta de voluntad política de los líderes globales, hacen insuficientes los esfuerzos por frenar el calentamiento de la Tierra. El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres afirmó que las consecuencias de la guerra en Ucrania amenazan con trastornar los mercados mundiales de alimentos y energía con implicaciones funestas para la agenda climática mundial.

 

      Reemplazar el gas y el petróleo ruso con alternativas que no contemplen los requerimientos de la crisis climática sería grave, advierte António Guterres, y urge a no abandonar la meta de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5º Celsius para fin de siglo.

 

          La insuficiencia inmediata del suministro de combustibles fósiles desde Rusia, incentivará su producción en otros países, dejando de lado las políticas defensivas del cambio climático. Ésta será otra grave consecuencias de la crisis bélica.

 

Destrucción garantizada

 

          “La adicción a los combustibles fósiles asegura una destrucción mutua”, aseveró Guterres.  El titular de la ONU señaló que la actual coyuntura evidencia claramente que la dependencia de los hidrocarburos coloca la economía global y la seguridad energética a merced de los vaivenes y crisis geopolíticas, por lo que instó a tomar cartas sin más pérdida de tiempo.

 

         Por la salud del planeta es ineludible incrementar la generación de energías renovables y promover la reducción de las emisiones de carbón. Las metas acordadas en París no se están cumpliendo y la guerra en Europa las dificulta aún más.

 

        Es necesario apurar la eliminación gradual del carbón y todos los combustibles fósiles e implementar una transición energética rápida, justa y sostenible. Es imperativo descarbonizar sectores críticos, como el transporte marítimo, la aviación, el acero y el cemento.

 

Un helicóptero sobrevuela el Ártico, donde los nuevos récords de temperaturas y el deshielo de los glaciares ya ha dejado una huella palpable del efecto que tienen estas en nuestro planeta.

 

        El mundo no está ajustándose a las exigencias del Acuerdo. Las Cumbres sobre Cambio Climático no logran acelerar las acciones imprescindibles. Según los compromisos nacionales actuales, las emisiones globales crecerían casi un 14% en la década de 2020.

 

Consecuencias devastadoras

 

       “Las emisiones de carbón han aumentado a niveles récord. Estamos avanzando como sonámbulos hacia la catástrofe climática. Nuestro planeta ya se ha calentado hasta 1,2º y vemos las consecuencias devastadoras de esto en todas partes”, dijo Guterres.

 

        En este sentido, recordó que en 2020 los desastres climáticos obligaron a desplazarse a unos 30 millones de personas, una cantidad tres veces mayor de desarraigados que la generada por guerras y la violencia.

 

         El reciente informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) confirmó que la mitad de la humanidad vive ya en zonas de peligro como consecuencia de ese fenómeno.

 

          “Las pequeñas naciones insulares, los países menos adelantados y las personas pobres y vulnerables de todo el mundo, están a un choque climático de distancia del fin del mundo”, alertó.

 

           Si seguimos con más de lo mismo, podemos despedirnos del objetivo de 1,5º, incluso 2º pueden estar fuera de alcance. Y eso sería una catástrofe”, insistió.

 

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