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Cumple 100 años la querida vecina Adela Salaberry

La querida, reconocida y destacada vecina y ex docente y directiva escolar, Adela Salaberry, cumple hoy sus 100 años, los cuales celebrará con un agasajo familiar e incontable cantidad de internautas que tendrán la posibilidad de saludarla a través de Internet.

por REDACCIÓN CHUBUT 29/05/2022 - 00.10.hs

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En su prolífica tarea educativa, enseñó a miles de alumnos de distintos lugares de la provincia, gracias a una gran vocación que comenzó a sus 21 años cuando recibió el título de maestra y que se prolongó hasta los 66, casi 44 años de enseñar.

 

Adela nació el 29 de mayo de 1922 en una estancia de su familia en Santa Cruz (en lo que hoy sería centro de la ciudad de Caleta Olivia), aunque, seguramente por falta de registro civil allí, fue inscripta en la localidad de Pico Truncado. Es hija de Adela Maimó y Juan Fontán Salaberry, quienes se conocieron en Caleta Olivia y allí se casaron y fueron padres de 9 hijos, entre ellos Adela, única de todos los hermanos que sigue con vida.

 

La vecina se casó con Progreso López, con quien tuvo 3 hijos, Oscar «Tatín» (quien vive en Costa Rica), Luis y Néstor Ricardo «Paty» López Salaberry, de los cuales tiene varios nietos y bisnietos. En reconocimiento a su tarea docente, en Caleta Olivia hay una calle con el nombre de Progreso, quien murió en el año ’95.  

 

Ella es recordada con gran cariño por la comunidad escolar, de la cual fue integrante a lo largo de 44 años, por cientos de alumnos que la tuvieron como maestra o directora, vicedirectora y supervisora en distintos lugares de la provincia, y puede mencionarse que en mayo de 2017 el Concejo Deliberante de Trelew la reconoció con la mención Acción Destacada, por su impecable trayectoria en el ejercicio de la docencia en Chubut, su lucha por revalorizar la educación, su humildad y sabiduría. Fue docente y directiva, entre otras, en las escuelas 99 de Costa del Lepá, en Facundo, en la 5 y la 122 de Trelew, y en el Colegio Santo Domingo de la misma ciudad.  

 

Como dijera su hijo Luis, Adela también es conocida por su «alegría de vivir», y de persona, su humildad, simpleza, solidaridad, su extraordinaria lucidez. Incluso hace varios días a través de las redes sociales viene recibiendo saludos de cientos de exalumnos y comunidad docente retirada y en actividad, no solo de Chubut, sino también de otras provincias y países, expresando cientos de anécdotas y el respeto y cariño profundo.

 

Asimismo, en horas del mediodía de hoy, en un alto del festejo familiar, se tomará unos minutos para hacer un zoom (transmisión por internet) para recibir los saludos por su cumple a través de la web.  

 

Como en otras oportunidades, Adela recibió en su casa a EL CHUBUT, muy linda y bien arreglada como fue siempre su costumbre, como a ella le gusta. De nuevo nos abrió su corazón, y como si nada sacó del baúl de los recuerdos con envidiable precisión detalles de su niñez, incluso de cómo su padre llegó al país desde Francia, también de su madre, sus hermanos, su marido, sus hijos, nietos, los bis, y lo que le interesa y hace en la actualidad.  

 

HIJA DE PAPA FRANCES
En un entusiasta relato, Adela describió en la charla con EL CHUBUT la historia familiar, que se remonta al continente europeo: «Mi papá se llamaba Juan Fontán Salaberry, era francés. En Francia los mandaban a hacer el servicio militar a Africa, y uno venía con el brazo o lo que sea roto, y mi papá prefirió venir a la Argentina, a los 19 años. Fue a Buenos Aires a trabajar a un tambo, y el orgullo suyo era que le había ofrecido a Yrigoyen un vaso de leche.

 

Desde Buenos Aires llegó a Comodoro Rivadavia y como había mucho viento, fue a Caleta Olivia. Llegó solo y se casó con mi mamá en una estancia que tenía mi papá, y empezaron a tener hijos. Eramos 9, pero fallecieron dos de bebé, uno de tos convulsa y otro de empacho».  

 

SU CASAMIENTO
Su formación escolar primaria fue en la Escuela 14 de Caleta Olivia, María Auxiliadora de Puerto Deseado, y 6° grado en Buenos Aires; en tanto la secundaria la hizo en el Colegio ‘Euskal Echea’ de esa ciudad, donde se recibió de maestra a los 18 años.

 

A Progreso López, lo conoció a esa edad en Caleta Olivia. «Era muy amigo de mi papá, y entonces le pidió mi mano, pero él no quería dejarme casar, tenía 18 años. Después cedió y me casé a los 21 en Pico Truncado por el civil, y por iglesia en María Auxiliadora en Comodoro», y desde Santa Cruz llegó para enseñar en Chubut, en la Escuela 99 de Costa del Lepá: «Fue mi primera vez, yo como maestra. Ahí tenía primer grado». En ese paraje estuvieron un año, y ya tenían hijos, Luis nació en Comodoro Rivadavia, «Tatín» en Río Mayo, y «Paty» en Trelew.  

 

De allí se trasladaron hasta Facundo, donde «estuvimos 10 años. Nos habíamos encariñado tanto que lloré el día que nos fuimos, allí mi marido tenía 7° grado», agregó, resumiendo de la tarea educativa que vimos amar, «verdaderamente he tenido una vocación».  

 

«NO ME ABURRO NUNCA»
Nuestra entrevistada llega vital a los 100 años, y no resigna hacer lo que le gusta, incluso reconoce que no se aburre. «De mi día me entretengo leyendo, tejiendo, escuchando la radio, miro las noticias, leo los diarios, me interesa todo. No me aburro nunca. Me gusta cocinar, pollo al horno con papas, ravioles, una serie de cosas», para deleite de su familia, sus hijos y toda la descendencia que la acompaña cada día.

 

Hoy en el festejo, habrá hasta nietos de otras provincias y países, como España, y «Tatín» que llega desde Costa Rica, para tamaño acontecimiento.  

 

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