Regionales

A dos años del ataque incendiario y criminal contra Diario EL CHUBUT

Fue el atentado más grave a la libertad de prensa y expresión en los últimos años. El 20 de diciembre de 2021 pretendieron silenciarnos con piedras y fuego. Hay acusados, y un juicio que debe empezar el 6 de marzo. Pero la autoría intelectual y las complicidades políticas siguen impunes.

por REDACCIÓN CHUBUT 20/12/2023 - 00.00.hs

Ese lunes 20 de diciembre de 2021 las amenazas habían comenzado temprano. Unos días antes, el miércoles 15, la Legislatura había aprobado la ley que zonificaba la actividad minera, permitiendo la actividad extractiva en los pueblos de la meseta. Horas después, la Casa de Gobierno de Fontana 50 fue arrasada en Rawson. Otra decena de edificios públicos fueron atacados. Son doce las personas que irán a juicio por esos incidentes gravísimos en algún momento de 2024. Pero el lunes 20 de diciembre, tres días después, había en Trelew una marcha en contra de la minería mientras un gobierno atemorizado se preparaba a derogar la ley de zonas. Y allí -mimetizados en esa protesta- una cantidad importante de personas armadas con piedras, palos, y bombas Molotov produjo contra Diario EL CHUBUT un ataque feroz, premeditado, criminal e incendiario. Fue el mayor atentado contra un medio de comunicación que se haya vivido en la Patagonia en la historia democrática del país y a la vez; un intento brutal de silenciar al periodismo independiente, que mereció el repudio de numerosas organizaciones de medios y periodistas de la Argentina y del mundo. 

 

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), El Foro de Periodistas de la Argentina (FOPEA), la Asociación de Entidades Periodísticas Argentina (ADEPA), gobiernos nacionales, provinciales y locales, organizaciones políticas, civiles, sindicales, empresarias y estudiantiles rechazaron el ataque contra el diario. El objetivo del atentado era el de quemarnos con medio centenar de trabajadores del diario adentro del edificio, que estaban en ese momento produciendo la edición de ese día convulsionado. Escribiendo y editando entre el humo que subía por las escaleras de la planta baja de atención comercial y administrativa, que había sido arrasada.

 

Las amenazas contra el medio llevaban ya unos días. En las redes sociales fueron varias las convocatorias a quemar y destruir EL CHUBUT, al punto que la empresa montó un dispositivo anti-incendios y de guardias para proteger la redacción y la sala de impresión. No alcanzó, y la violencia se desató contra el diario. No hubo muertos porque tuvimos suerte. Entretanto fallaron la inteligencia policial y la prevención, si es que no hubo quien «liberó» la zona para el ataque. La investigación posterior, si bien llegó a un juicio, dejará impunes a los autores intelectuales y cómplices políticos del ataque. Porque los hubo. Las bombas Molotov no se armaron solas. En algún lugar los atacantes se organizaron, agruparon, armaron, y generaron este ataque irracional. Hoy se cumplen dos años desde esa noche infernal.

 

Habrá un juicio que debe empezar el seis de marzo. Si hay justicia, será a medias. Los probables autores intelectuales nunca fueron señalados, aunque algunos de los detenidos y acusados pertenecen a la organización piquetera Movimiento de Trabajadores Excluidos. El conductor de este grupo es Miguel Prudente, aliado político de quienes manejaron la municipalidad local durante ocho años. Fue el MTE la «orga» que seguía -con los piqueteros en la calle- las alternativas de detención y liberación de los sospechosos.

 

 Piqueteros cortaban la avenida 9 de Julio, pidiendo la liberación de los imputados en el incendio.

 

EL CASO

 

Pese a que en los testimonios gráficos y videos de ese día se ve a un importante número de personas agrupados frente al diario o arrojando proyectiles, la Justicia provincial terminó individualizando e imputando sólo a cuatro probables autores que ahora llegarán a juicio. Se trata de Víctor Emanuel Cotut, Jonathan Andrés Luna Almada, Walter Eduardo Medina y Marcos Antonio Wilipan. Están acusados de «daño, en concurso real con incendio estragoso en carácter de coautores». De ser hallados culpables podrían ser condenados de tres a quince años de prisión. 

 

Durante la instrucción, los fiscales lograron probar que el incendio alcanzó el sector de publicidad, muebles, documentación comercial, escritorios, sillas, cielorraso, computadoras... El hollín en las paredes del edificio dio las señales de la intensidad y velocidad con que empezó a propagarse el fuego producido por las bombas Molotov. Además, hubo una lluvia de piedras y escombros que destrozaron las vidrieras por donde algunos ingresaron para seguir el raid destructivo. La investigación constató que hubo seis focos de fuego sobre pisos sembrados de piedras que arrojaron los atacantes. El calor del fuego, el humo y la destrucción se apoderaron del lugar, mientras el personal del diario se dividía entre las tareas de edición y poner a salvo todo lo que se pudiera, empezando por las personas.

 

El ataque a Diario EL CHUBUT fue una muestra mayor de la intolerancia a la que pueden llegar grupos muy radicalizados. El diario fue prendido fuego por personas enviadas por alguien, en rechazo a una postura editorial que -no obstante- difundió todas las opiniones y posturas de entonces, a favor y en contra de la minería. El atentado fue mucho más que el rechazo a la libertad de prensa. Fue una expresión cabal de odio y del deseo de cancelación del periodismo independiente que encarna EL CHUBUT desde que fue fundado por José María Sáez en 1975.

 

Poco después del atentado, colgamos de nuestro edificio en la calle 9 de julio una bandera argentina gigante, que nos incluye a todos. Fue nuestra respuesta al ataque criminal contra el diario y los más de 50 trabajadores y directivos que estaban en ese momento haciendo lo que todos los días: sacar una edición a la calle. El atentado no pudo frenarnos. Pero representa una mancha abominable en la democracia chubutense. Sobre todo en una ciudad multicultural, ecuménica, de raíz culta y emprendedora como Trelew. Pero que vivió un doloroso empobrecimiento en todo sentido, durante muchos años. Con seguridad, el atentado que sufrimos es parte de ello.

 

Ahora, un tribunal deberá conducir el debate por este caso desde el 6 de marzo. Serán los jueces Fabio Monti, Vanesa Marín y Mirta del Valle Moreno los encargados de impartir justicia contra los cuatro acusados. Quedarán pendientes de saldo la autoría intelectual, la idea, el plan, y la organización del ataque, uno de los mayores atentados contra la libertad y la democracia que hayan ocurrido en la provincia. Un intento violento e inhumano de acallarnos de la peor manera posible, con fuego y piedras, del que se cumplen hoy dos años de impunidad.

 

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