Mujeres que inspiran: ALAS, el emprendimiento que pone en valor la tradición de Camarones
En Camarones, Chubut, la lana es más que una fibra; es también una tradición que ALAS, un grupo de cuatro mujeres camaronenses está poniendo en valor. Alejandra, Alba, Laura y Sofía han unido sus talentos y, a través de ALAS, buscan dar vida y vuelo a un recurso tan local como el viento patagónico: la lana.
por REDACCIÓN CHUBUT 08/11/2024 - 16.11.hs
Este proyecto además de crear productos, transforma la lana en un símbolo de identidad y trabajo compartido, entretejiendo la historia de la comunidad con cada prenda que crean.
Lo que distingue a la lana de la región de Camarones es su finura excepcional, un detalle que se convirtió en una de las razones para iniciar este proyecto. “Nosotras acá en Camarones tenemos una de las lanas más finas del país. En 2005-2006 se le dio una denominación de origen como ‘lana tipo Camarones’ porque algunos lotes analizados alcanzaron entre 15 y 18 micrones. ¿Qué son los micrones? Es la medida de la finura de la fibra; cuanto menor es el número, más delgada y suave es al tacto. Y, al ser más suave y fina, tiene mayor valor”, explica Alejandra Pereyra, detallando la particularidad de este recurso.
Fue esta calidad la que llevó a ALAS a trabajar exclusivamente con lana local, aprovechando su proximidad y calidad. “Para nosotras, usar la lana de Camarones es natural, tenemos este recurso destacado al alcance de la mano”.
Del trueque al telar: un proceso de identidad
Además de la calidad, la cercanía de las ovejas y la lana fresca es clave para el proyecto. En lugar de comprarla en barracas o grandes almacenes, en ALAS eligieron seguir el antiguo sistema del trueque, un modo de intercambio que les permite mantenerse en contacto directo con la comunidad de productores. “La lana la conseguimos acá en el campo, en las estancias o a través de algún trabajador rural”, explica Alejandra. “Nos traen un vellón o dos, y a cambio nos piden alguna pelera para el caballo, algún chaleco o medias. Es lo que se usó siempre. Para nosotras, la lana no tiene costo monetario directo, sino que es un intercambio”.
Este método no solo le da valor agregado a la lana que utilizan, sino que también conecta a ALAS con las historias y las necesidades de los trabajadores rurales de la zona. “Es que tenemos estancias alrededor y esa facilidad de tener la lana al alcance de la mano es única; está acá, con nosotras, y es parte de lo que somos”, explica Alejandra, subrayando el fuerte vínculo que el proyecto mantiene con su entorno.
Prendas únicas
En un pequeño local en el pueblo, ALAS realiza todo el trabajo necesario para transformar el vellón en prendas tejidas. Este espacio es un centro de creación y esfuerzo compartido. “Cuando traemos el vellón tras la esquila, empezamos lavándolo y sacándole todas las impurezas”, cuenta Alejandra. “Luego viene el carmenado o cardado, que es donde retiramos las espinas, pastos y todo lo que la lana trae de estar al aire libre en el campo. Después lo hilamos y lo torcemos para hacer madejas o convertirlo en ovillos”.
Cada prenda implica un trabajo minucioso y muchas horas de dedicación. “No es que uno empieza hoy y mañana ya tiene una prenda terminada”, explica Alejandra. “Es un proceso largo. Cada etapa tiene su tiempo, y cuando finalmente logramos el ovillo, ahí sí comenzamos a tejerlo en el telar de peine, el telar mapuche o el bastidor triangular, o lo trabajamos con cinco agujas para hacer medias, o con dos para chalecos o bufandas”.
A partir de estas técnicas tradicionales, las mujeres de ALAS crean una gran variedad de productos: pashminas, alfombras en telar mapuche, tapices con motivos mapuches, medias, chalecos, bufandas, y más. Todo en cada prenda refleja el paisaje y el espíritu de Camarones.
Teñido natural: colores que hablan de la Patagonia
En el proceso de teñido, ALAS ha encontrado una forma de expresar aún más su conexión con la tierra patagónica. Este fue un aprendizaje reciente, gracias a una capacitación de Emprendedores por Naturaleza. “Apenas el año pasado comenzamos a teñir la lana, y la verdad es que es algo mágico”, dice Alejandra. “Nos dimos cuenta de que tenemos las plantas autóctonas justo a nuestro alrededor para obtener los colores. Está el duraznillo, el tamarisco, el aguaribay y hasta la cáscara de cebolla. Todo lo tenemos cerca de la playa, en el campo o incluso a pocos metros de nuestra casa”.
El teñido natural le permite a ALAS obtener tonos tan variados como amarillo, verde manzana y naranja, con un toque autóctono y propio de la región. “Es algo que nos hace sentir muy orgullosas. Cada prenda lleva el color de nuestro paisaje, de las plantas que crecen acá, es una forma más de agregarle una identidad propia a cada producto”, resalta Alejandra.
Un proyecto que conecta y enseña
Para las mujeres de ALAS, trabajar con la lana no es solo una cuestión de producción, sino también de compartir conocimientos y habilidades. “Tenemos las herramientas y los saberes, que son lo más importante”, afirma Alejandra. Aunque ALAS lleva menos de un año en funcionamiento, cada día llevan su proyecto más allá para darlo a conocer. Enseñar y transmitir sus saberes es parte fundamental de su misión.
En cada prenda, ALAS captura la esencia de Camarones y la transforma en un símbolo de esfuerzo y orgullo local. Desde el cuidado en la selección de la lana hasta los colores de las plantas que los rodean, todo en su trabajo refleja un amor profundo por su tierra y por las tradiciones que las unen.
Cada prenda es un reflejo del paisaje y del espíritu de Camarones, un testimonio de cómo estas mujeres han tomado las riendas de un recurso y lo han transformado en símbolo de su comunidad.
Por Diego Crova
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