DESARROLLO DE LA MINERIA

Por eso estoy totalmente de acuerdo con el Sr. Morado y los términos expresados en su nota del día lunes pasado cuando dice, y cito: «Nadie puede opinar de lo que no conoce». En efecto, y sin ánimo de generar una polémica, ya que no quiero hacerlo, es absolutamente necesario que quienes concurran a las sesiones informativas convocadas por el Gobierno Provincial para esta semana lo hagan esgrimiendo argumentos sólidos pero, por lo visto hasta ahora en estos largos años de prohibición a la lícita actividad minera, el «Pueblo» provincial parecería no estar en condiciones de esgrimir ponencias científicas y técnicas valederas, como allí se afirma.

Para conocimiento de los lectores, puedo opinar de lo que conozco porque tengo 40 años de actividad en pro de la minería, que brevemente comprende: como profesional de la Geología he trabajado en Mina Aguilar, realicé trabajos de exploración y explotación minera, me especialicé en varias de sus variantes, vine a la provincia después de ganar un concurso público para el cargo de Director en el organismo provincial, realicé especializaciones en Gestión Ambiental y Gestión Ambiental para la Actividad Minera, en el país y en el exterior, como funcionario provincial actualicé el Inventario Minero, por lo que conozco cada rincón de este territorio y la potencialidad de sus recursos, y también visité una gran cantidad de minas activas y desactivadas en varios lugares del mundo; en la actividad privada he sido asesor de muchas empresas mineras. Por eso digo que mis antecedentes me habilitan para hablar de este tema.

También por eso puedo afirmar que la posición antiminera es, a mi ver, una cuestión de fe y no de conocimiento técnico y científico. Tengamos presente que los antimineros normalmente hacen gala de una hipocresía -y esto lo digo sin ánimo de ofender a nadie- llamativa ya que viven en casas construidas casi en su totalidad con insumos mineros, lo mismo que sus teléfonos, sus computadoras, sus autos y hasta sus vestimentas contienen productos de origen minero (en este caso provenientes de la industria petroquímica cuya base es el petróleo, recurso natural perteneciente al reino mineral). Por eso resulta llamativo ver carteles antimineros en lugares tan inesperados como en una ferretería (¡sí, una ferretería!), que vende esencialmente productos fabricados con minerales -fierro, ¿les suena?- o con plásticos de origen mineral, lo que demuestra la incoherencia de este tipo de posición.

Felicito al Sr. Gobernador y a su Gabinete por haberse decidido a dar de una buena vez un debate honesto sobre el tema, desarmar los falsos preconceptos existentes en contra de la actividad (contaminación, saqueo, etc.) que ya se ha demostrado fehacientemente que carecen de sustento, y, apoyando finalmente a la minería, permitir que el desarrollo llegue a los confines olvidados de la meseta chubutense, tal como ha llegado a los confines de otras provincias argentinas. Tengamos presente que es la minería la que lleva muchas veces, ante la imposibilidad del Estado, los beneficios de la educación y la salud a esos lugares remotos, y lo hace a su costo edificando y proveyendo escuelas, centros de salud, hospitales y centros comunitarios donde se desarrollan actividades culturales que mejoran la calidad socioeconómica de las poblaciones locales y cercanas a esos lugares.

Propiciando el desarrollo del interior se hace historia y es obligación insoslayable del Gobierno Provincial contribuir a esas metas porque, al fin y al cabo, han sido votados y elegidos para cumplir con esa tarea y es su responsabilidad hacerlo posible.

Ricardo Manuel Bagalciaga.
Geólogo
DNI  7.776.116