Historias

La bicicleta de Tolstói: no hay edad para dejar de aprender

La historia empieza en 1896. La revista “Scientific American” publicó el 18 de abril de ese año: “El conde León Tolstói, el novelista ruso, ahora ha aprendido a montar en bicicleta, para asombro de los campesinos de su finca”. 

El célebre escritor León Tolstói aprendió a andar en bicicleta a los 67 años. Marie Curie aprendió a nadar cuando ya había cumplido los 50 años. Eisenhower empezó a pintar a los 58 años. José Saramago, a la postre premio Nobel de literatura, recién alcanzó éxito con su obra “Levantado del suelo” a los 58 años. Giuseppe Verdi estrenó su obra “Otelo” a los 74 años. Nunca es demasiado tarde para emprender una nueva aventura vital.

 

El caso de León Tolstoi fue tan llamativo que ha dado nombre a esta nueva idea.

Un mes antes, su hija Vanichka, de solo siete años de edad, había fallecido. La Sociedad Moscovita de Amantes de los Velocípedos le había regalado a Tolstói una bicicleta y un pequeño curso para que aprendiera a andar en bici. Es así que en unos pocos días se convirtió en un ferviente apasionado de las dos ruedas. Tenía por entonces 67 años.

 

León Tolstói fue un novelista ruso, considerado uno de los escritores más importantes de la literatura mundial.​ Sus dos obras más famosas, “Guerra y paz”“Ana Karénina”, están consideradas como la cúspide del realismo ruso, junto a las obras de Fiódor Dostoyevski. ​ Recibió múltiples nominaciones para el Premio Nobel de Literatura todos los años de 1902 a 1906 y nominaciones para el Premio Nobel de la Paz en 1901, 1902 y 1910; el hecho de que nunca lo ganó es una gran controversia del premio Nobel.

 

Fue precursor de lo que poco después se denominaría naturismo. Tolstói escribe en su postrer libro Últimas palabras (1909) que vivamos según la ley de Cristo: amándonos los unos a los otros, siendo vegetarianos y trabajando la tierra con nuestras propias manos. Prueba de su vegetarianismo son múltiples sus citas.

 

Mucha gente piensa que cuando se alcanza la madurez ya no es posible aprender nuevas disciplinas. Algunas personas afirman que el cerebro humano pierde plasticidad con los años y que los ancianos son incapaces de adquirir nuevos conocimientos. Numerosos estudios demuestran lo contrario. Según estos estudios, los adultos mayores muestran tasas de aprendizaje parecidas a las de los jóvenes. La plasticidad cerebral nos permite aprender durante toda la vida.

 

Aquel suceso de la bicicleta de Tolstói siempre ha sido utilizado por los defensores del aprendizaje tardío para dar impulso a sus ideas. Ya no existen excusas para iniciarse en nuevas disciplinas a cualquier edad.

 

 

Buscá a Marcelo Melideo en la cuenta de instagram: @marcelomelideo2021

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