Hoy se cumplen 98 años del inicio de la travesía de Gato y Mancha
Cuando se habla de la travesía de Gato y Mancha, se habla de que los caballos criollos fueron criados en la Patagonia. No se hace hincapié que esos caballos, que cumplieron una travesía histórica para la época, fueron criados por un cacique tehuelche en Alto Río Senguer, provincia de Chubut. Hoy se cumplen 98 años del inicio del viaje que tuvo su punto de partida en el predio de la Sociedad Rural de Buenos Aires y finalizó en la Quinta Avenida de Nueva York.
por REDACCIÓN CHUBUT 24/04/2023 - 09.37.hs
Una de las mejores historias que nuestra provincia le ha legado al mundo fue la de los caballos Gato y Mancha. Criados en Alto Río Senguer, por el cacique tehuelche Liempichún. Los caballos fueron adquiridos por Emilio Solanet, criador y propulsor del reconocimiento de la raza, y uno de los fundadores de la Asociación de Criadores de Caballos Criollos de Argentina, y fue un jinete suizo, de nombre, Aimé F. Tschiffely, quien lideró la travesía.
Tschiffely "partió de la Sociedad Rural Argentina en Buenos Aires el 24 de abril de 1925" y conquistó los récords mundiales de distancia y también de altura, al alcanzar 5.900 metros en el paso El Cóndor, entre Potosí y Chaliapata (Bolivia).
El viaje ahora destacado se desarrolló en 504 etapas, de aproximadamente 50 kilómetros diarios, y llevó tres años. Tschiffely estaba convencido de la fortaleza de los rústicos caballos criollos", dice en su libro histórico la Asociación Ecuestre "The Long Riders Guild", miembro de la Royal Geographical Society y primera asociación internacional del mundo de exploradores ecuestres.
"Ambos animales, al iniciar la travesía, tenían 15 y 16 años. Mancha era overo y Gato, gateado. Habían crecido en la Patagonia, donde se habían acostumbrado a las condiciones más hostiles. Solanet se los había comprado al cacique tehuelche Liempichún, en Chubut, luego de haber sido seleccionados por el gaucho baqueano y rastreador Reynaldo Rodríguez, quien en sus últimos años vivió en la zona de América, provincia de Buenos Aires.
Fue quizás la condición de su crianza la que permitió que su jinete suizo, Aimé F. Tschiffely, quien partiera de la Sociedad Rural Argentina en Buenos Aires el 24 de abril de 1925, conquistar los récords mundiales de distancia y también de altura, al alcanzar 5.900 metros en el paso El Cóndor, entre Potosí y Chaliapata (Bolivia).
El viaje ahora destacado se desarrolló en 504 etapas, de aproximadamente 50 kilómetros diarios, y llevó tres años. Tschiffely estaba convencido de la fortaleza de los rústicos caballos criollos. Había tomado contacto con Emilio Solanet, criador y propulsor del reconocimiento de la raza, y uno de los fundadores de la Asociación de Criadores de Caballos Criollos de Argentina, quien le dio los dos animales para la aventura.
Por entonces, no había caminos en varios tramos del recorrido y, cuando existían, no se caracterizaban por su buen estado. Tschiffely tuvo que resignarse a no llevar carpa, ya que las que se podían conseguir por aquellos tiempos eran muy pesadas.
Durante el viaje, cruzaron varias veces la Cordillera de los Andes y fue en esos pasos donde encontraron las mayores dificultades. El escabroso terreno se elevaba a más de 5.500 metros y la temperatura llegaba a menos de 18 °C.
Mancha y Gato murieron en 1947 y 1944, a los 40 y 36 años de edad respectivamente. Fueron cuidados hasta su muerte por el paisano Juan Dindart, en la estancia El Cardal. Hoy se encuentran embalsamados, en exposición en el Museo del Transportes del Complejo Udaondo".
Jinete y caballos recorrieron más de 21 mil kilómetros desde la ciudad de Buenos Aires hasta Nueva York, conquistando el récord mundial de distancia y también el de altura, al alcanzar 5. 900 metros sobre el nivel del mar, en el paso El Cóndor, entre Potosí y Chaliapata (Bolivia). El viaje se desarrolló en 504 etapas con un promedio de 50 kilómetros por día.
El 20 de setiembre del año 1928 se produce la llegada del profesor Suizo a la Ciudad de New York, en Estados Unidos. Por éso en el país, el 20 de setiembre es el Día Nacional del Caballo.
EN SENGUER
En Alto Río Senguer, uno de los principales monumentos que se erige en el pueblo es el de los caballos Gato y Mancha, junto a su criador: un indio tehuelche que está en el medio del monumento.
A principios de año, pleno enero, se realiza la Fiesta de Gato y Mancha, que se ha convertido en "Fiesta Nacional" desde este año. Esta Fiesta es un reconocimiento a la hazaña que han realizado estos caballos. En la Fiesta, netamente campera, se puede disfrutar de destrezas criollas, jineteadas, desfile gaucho, pero principalmente, se otorga premios a quienes presenten caballos de características semejantes a Gato y Mancha.
A continuación, compartimos material de Gustavo Salazar, de Río Mayo, quien ha estado presente en varias ediciones de la Fiesta de Gato y Mancha. Este video corresponde al año 2018.
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