¿Quién no estuvo de fiesta en el Recreo Socino?
Desde 1935 y durante más de 40 años, el Recreo Socino albergó cientos de fiestas de todo tipo. Bautismos, casamientos, cumpleaños, institucionales... Recibieron tanto a presidentes, como a glorias consagradas del deporte, como a cualquier hijo de vecino. Doña Emma Socino fue el símbolo del famosísimo Recreo. Y sus familiares comparten con nosotros, y con los lectores, parte de esa historia rica de la ciudad.
por REDACCIÓN CHUBUT 23/10/2023 - 08.45.hs
El porte “gringo” de Doña Emma Socino. El alma mater del Recreo.
(Serie de publicaciones en el marco del 137º aniversario de la ciudad de Trelew. Historias extraídas del suplemento especial del Diario EL CHUBUT "Trelew 120 años" publicado en el 2006 y reeditado en el 2016).
Testimonio. Nora Socino
“Los abuelos llegaron en 1914 o 1915. Y en 1935 abrieron el recreo. Doña Emma -ya
viuda- se hizo cargo junto a su hijo menor, Juan Socino, y su nuera Lizzie Jones (quienes tuvieron dos hijas, Emma y Nora). Los otros dos hijos de Doña Emma fueron Carlos (Tito) y Lelio”.
“La abuela Emma, mi papá Juan y Lizzie continuaron con el restaurante y el almacén de ramos generales que también funcionaba”.
“La abuela tenía mucha personalidad, era de carácter fuerte, alta, de ojos verdes y cabellos plateados, dulce, pero firme en sus convicciones, compinche, actual, lectora, siempre a la vanguardia”. “Esta fortaleza fue la que le permitió continuar con el restaurante y el negocio de ramos generales que funcionaba allí”.
“El restaurante solamente funcionaba para hacer fiestas sociales: casamientos, cumpleaños, aniversarios, inauguraciones, bailes familiares, despedidas de soltero, se pasaban películas... Y el negocio de ramos generales atendía a todos los vecinos de las chacras,
pues allí se vendía todo lo necesario para una familia. Y funcionaba una estafeta
postal, que estaba a cargo de mi papá, recibía cartas y las llevaba al correo y traía las cartas para los vecinos”.
“En 1966, el 20 de febrero, murió Juan Socino, hijo más chico de doña Emma. Allí la abuela debió tomar una decisión: la de seguir o no con el restaurante. Hablaron con mamá, Lizzie Jones y decidieron seguir al costo que fuere. Dos mujeres solas llevaron adelante esto”.
“La abuela se encargaba de realizar las compras en Trelew, mi mamá cocinaba, ya que había aprendido al lado del abuelo y de la abuela Emma. Ambas coordinaban todas las tareas”.
“El restaurante funcionaba para banquetes. Por lo tanto, el menú constaba de una entrada principal (quién no se acuerda del jamón crudo con melón, lengüitas a la vinagreta, porotos a la vinagreta, ensalada rusa, remolacha, lechón, etc.); un segundo plato (quién no se acuerda de los pollos al horno con papas, ravioles con tuco, asados, etc.) y el postre (podían ser las tortas de novia, de cumpleaños etc.) y para finalizar los bailes familiares, siempre interminables”.
“En los casamientos, qué novia no recuerda haberse cambiado, para huir de la
fiesta y dejar su traje hasta el otro día, cuando lo retiraban”.
“Tampoco nos debemos olvidar que en el recreo Socino se reunían todos los
lunes, la Comisión del Rotary Club, si habremos visto la campanita, y la
bandera del Rotary adornando el centro de las mesas”.
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