Memorias del pago chico: recuerdos de todos los días
Esposa de Progreso López, Adela Salaberry es una de las maestras emblemáticas de Trelew. En esta, la primera parte de su testimonio, prefirió hablar de algunos de sus recuerdos.
por REDACCIÓN CHUBUT 06/10/2023 - 12.31.hs
Progreso López. En la escuela, su hábitat natural, con un grupo de alumnos.
(Serie de publicaciones en el marco del 137º aniversario de la ciudad de Trelew. Historias extraídas del suplemento especial del Diario EL CHUBUT "Trelew 120 años" publicado en el 2006 y reeditado en el 2016).
TESTIMONIO.Adela Salaberry De López
De cabeza al zanjón
“Una vez venía mi esposo de Buenos Aires... Nosotros no teníamos coche yéramos pobres. Teníamos una motoneta que había entrado por el paralelo. Fui con mi hijo de 14 años a ver si mi esposo había llegado. Él manejaba, y yo iba sentada atrás con un trajecito amarillo, bien justito, tacos altos. Cuando estábamos cerca del aeropuerto viejo, alguien dijo 'Mirá, el tren'. No lo habíamos visto. No sé cómo hice, me tiré y me colgué del portaequipaje. Y llegamos abajo, a un zanjón, y pasó el tren. Mi hijo estaba blanco, tenía 14 años. Le dije, 'no le digamos nada a papito porque nos va a retar. Al final nos retó... ese día creí que nos matábamos”.
Los grandes shows y las fiestas familiares
“Los chicos jugaban mucho al fútbol, había tenis también. Yo jugaba mucho al tenis. Teníamos una vida sana”. “Aprovechábamos las fiestas, las cenas, los actos que había... o por ejemplo, gente que traía mi esposo como Los Fronterizos, Violeta Rivas, Sergio Dennis, Mercedes Sosa, Palito Ortega, o muchos otros. Los contrataba en Buenos Ares y los traía a trabajar en el Independiente o a Huracán”.
“Todo lo que hacían los demás nosotros aportábamos, íbamos también. Era una cosa linda”. “Tengo un buen recuerdo del Trelew de aquella época... Tal es así que si fuera por mi hijo, yo estaría en Madryn. Pero no me puedo ir... Ahora estoy estudiando inglés, pero por ahí me llaman por teléfono o salgo y me encuentro con una cantidad de gente que me conoce... y charlamos”.
Ir a la playa en tren
“Nosotros íbamos a la playa con el tren. Con la señora de Spenti, ella tenía una cuñada que tenía una casita, que está todavía en la playa. Yo estaba embarazada del más chico. La señora venía y me decía '¿vamos a la playa? ¿se anima?" y nos íbamos. Estábamos hasta la tardecita y después volvíamos. Fue muy linda época, nos íbamos con el tren”.
“Yo no me acuerdo cuándo se sacó, pero era una maravilla poder ir a la playa con el tren, era una satisfacción, una alegría. Íbamos todos los chicos, nos llevábamos los canastos, sandwichs... Y ahí comíamos, y volvíamos a la noche”. “La playa era linda, linda. Ahora está más cerca de las casas, pero en la época que nosotros íbamos todavía estaba la casa de la gobernación, o sea la del Gobernador, y después se la llevó el agua”.
Los árboles y el pozo de agua
“Mi esposo vino primero a la Escuela 123. Y no había agua. Entonces, en el primer verano no teníamos ni una gota de agua para la pava. Pero él pidió que se perforara, y encontraron un pozo de agua... Por eso hay tantos árboles allí”.
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