Chubut

¿Triplicar la capacidad nuclear mundial para 2050?

Si no fuera por la significación probablemente trágica de esta propuesta aprobada en la Cop28, por su inverosimilitud sería graciosa. En esta oportunidad más que en ninguna otra, el lobby nuclear copó la conferencia anual sobre el clima llevada a cabo en Dubái (COP28) y logró semejante declaración, de la que no vale la pena extenderse: es abiertamente inviable. 

Si se pretendiera esa triplicación con la gran esperanza nuclear que son los Pequeños Reactores Modulares (SMR), serían necesarios miles de esos artefactos cuyos costos son fortunas que solo pueden solventar los estados, ya que no son rentables. 

 

Para muestra basta un botón: Todavía no hay ningún SMR funcionando en Estados Unidos porque no resultan comercialmente viables.
 
De la numerosa cantidad de SMR en diseño en Estados Unidos, el más avanzado y que aparecía como el de mejor perspectiva de concreción era el de NuScale. En 2017, NuScale planeó que tendría su primera planta de energía en Idaho funcionando y generando electricidad para el año 2026. Pero en noviembre de 2023, antes siquiera de iniciar la construcción de las seis unidades que formarían una planta de 462 MW, el proyecto fracasó cuando los posibles clientes se echaron atrás. Consideraron que el costo de la electricidad que produciría esta planta, haría que el precio al que habría que vender al público consumidor, estaría muy por encima de los valores de mercado. 

 

El proyecto NuScale, subsidiado por el Departamento de Energía, buscaba revivir la moribunda industria nuclear estadounidense, pero su costo se había más que duplicado a 9.300 millones de dólares.
 
¿Cómo hará Estados Unidos parara triplicar su producción de energía atómica, si la industria nuclear estadounidense ha puesto en funcionamiento sólo dos nuevos reactores de energía en el último cuarto de siglo? Adviértase que para el 2050 apenas falta un poco más de un cuarto de siglo, el tiempo en que se construyeron solo dos reactores. 

 

Rusia tiene dos SMR en una embarcación, (Akademik Lomonosov Floating Nuclear Co-Generation Plant) que surte de energía a la localidad de Vilyuchinsk, en la región de Kamchatka, en el Lejano Oriente. Se inauguró el 30 de junio de 2010. 

 

Es la primera central nuclear flotante de Rusia. Los dos reactores nucleares se instalaron en la barcaza en octubre de 2013. Se desconoce si Rusia construyó algún otro SMR. Se sabe que su rendimiento es escaso. 

 

China es el país más avanzado en desarrollos de SMR y el primero en conectar uno a la red eléctrica en el año 2021. En diciembre último, iniciaron operaciones comerciales, en la Bahía de Shidao, dos SMR refrigerados por gas, con una potencia de generación total de 200 megavatios.

 

Argentina tiene un prototipo de SMR en demorada construcción en Atucha. El Carem de 32 MW se concibió en los años 80, se inició la construcción en 2014 y actualmente lleva 75 a 80 % construido. Se espera poder ponerlo en funcionamiento en 2027.

 

Si bien hay más de 80 diseños en estudio en el mundo, en concreto no hay más que lo que acabamos de detallar. No parece que con estado actual de los SMR se pueda triplicar la energía nuclear para 2050.

 

Más o menos simultáneamente existe un compromiso de triplicar las energías renovables para 2030. Sobre el particular dijo Mycle Schneider, líder del Informe anual sobre el estado de la industria nuclear en el mundo: “Eso es dentro de siete años. Para mí, este compromiso sobre la energía renovable, si se implementa, será el último clavo en el ataúd del compromiso sobre la energía nuclear”.

 

Tal vez lo único buenos del acuerdo al que se arribó en esta Cop es que se reconoce por primera vez la necesidad de dejar atrás los combustibles fósiles. Esta señal, si bien débil y alejada de la exigible eliminación rápida, justa, completa y financiada, refleja la multitud de acciones de campaña sobre el cambio climático que durante decenios se han llevado a cabo por iniciativa popular con el objetivo de evidenciar los peligros y los perjuicios causados por la producción y el uso de combustibles fósiles, y el daño y la amenaza que éstos suponen para los derechos humanos.

 

Después de esta cumbre sigue existiendo una enorme brecha entre sus aspiraciones y la impartición de justicia climática, ya que el acuerdo deja lagunas para el sector de los combustibles fósiles y los compromisos económicos adquiridos en la conferencia fueron deplorablemente insuficientes.
 

 

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